Déficit fiscal: Un problema crónico que impide el crecimiento de Argentina

Hace más de diez años que Argentina se encuentra estancada. Para comenzar a crecer no se deben realizar reformas aisladas y parciales, sino que hay que concentrarse en la restricción limitante: el déficit fiscal. En los últimos 60 años, solo 7 fueron de superávit volviendo al déficit un problema estructural y crónico.

Argentina es una economía con un desempeño deficiente. De hecho, hace más de diez años que se encuentra estancada. Analizando la evolución del Producto Bruto Interno se observa que desde el año 2012 la economía oscila entre variaciones positivas y negativas presentando una tendencia al estancamiento.

Frente a este escenario surge la pregunta de ¿cómo empezar a crecer? Existen diversas estrategias de desarrollo y dentro de ellas lo técnicamente correcto, pero prácticamente irrealizable sería eliminar todos los problemas simultáneamente.

Ante la imposibilidad de realizar esto, los gobiernos optan por hacer reformas aisladas y parciales. Lo que no tienen en cuenta es que, en una economía con un gran número de problemas, una reforma aislada no siempre aumenta el bienestar pudiendo agravar otras distorsiones o crear nuevas.

Deuda

Lo correcto sería hacer foco en aquella restricción que más limita el crecimiento: el déficit fiscal. En los últimos 60 años solo 7 de ellos fueron de superávit fiscal, volviendo al déficit un problema estructural y crónico.

Financiarlo con deuda agrava el problema de competitividad generando dificultades y desincentivo para invertir en el sector transable, lo cual impacta en las exportaciones.

Además, le exige al gobierno generar superávits en los próximos períodos para hacer frente a la deuda. Por otro lado, la financiación inflacionaria mediante emisión monetaria introduce incertidumbre, erosiona los ingresos, afecta el funcionamiento de los mercados financieros, entre otros efectos perjudiciales.

Así, no abordar el déficit fiscal genera dos perniciosas distorsiones que son el sobreendeudamiento público y la inflación.

Es por esto que urge un plan económico que proponga reducir los déficits fiscales actuales y caminar hacia una senda de equilibrio con calidad en la gestión del sector público.

Sector público

La raíz del déficit fiscal está en el mal funcionamiento del sector público en sus tres niveles de gobierno. Por esto, la meta de reducir el déficit fiscal no requiere un “ajuste” ortodoxo, sino un ordenamiento integral del Estado.

Esto implica la simplificación del sistema tributario, el ordenamiento del sistema previsional y mejores prácticas en la gestión del Estado colocando al sector público nacional a medir resultados.

Sin interferir en funciones provinciales y municipales, para que a las provincias y municipios se hagan responsables íntegramente por las funciones que les competen, como educación, salud, asistencia social, vivienda, transporte y urbanismo, que son los servicios que más directamente impactan en la calidad de vida del ciudadano.

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Informe: Idesa

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