[Historias] Gardel, Mozart y la curiosa acusación de plagio en “Por una cabeza”

Escribe: JULIO A. BENÍTEZ – benitezjulioalberto@gmail.com

Terigio Tucci nació en Buenos Aires, en el barrio de Balvanera, el 23 de junio de 1897. Fue albañil como su padre, y estudiaba música, su pasión, que lo llevó a convertirse en violinista, pianista, orquestador, compositor y director.

Estudió violín con Luis Vívoli, teoría y armonía con Alfonso Demaría, y Astor Piazzola, cuanto tenía 8 años, fue uno de sus alumnos.

Su primera composición fue la zarzuela Cariños de Madre, estrenada en 1917 en el Teatro Avenida por la compañía de López Silva y en 1919 estrenó su poema sinfónico Almafuerte. Desde 1919 hasta 1923 trabajó como violinista en los teatros, Politeama, Excelsior, Avenida y los cines Atenas y Bijou.

Y en agosto de 1923 partió hacia Norteamérica, donde se dedicó por entero a las orquestaciones, composición de música de fondo y arreglos de material latinoamericano.

En las grandes ligas

De 1930 a 1941 trabajó en la National Boadcasting Company con los directores Hugo Mariano, Franck Black, Leopoldo Spiltany, Ernie Rapee, Andreé Kostelanetz, Percy Faith, Mitch Miller y otros no menos renombrados.

Dirigió y orquestó para artistas de la talla de Carlos Gardel. Arregló y dirigió programas radiales latinoamericanos en la Internacional General Electric desde 1941 a 1947, para su Cadena de las Américas.

Fue director musical de la División Latinoamericana de 1951 a 1959, de la Voz de América y de las grabaciones latinoamericanas de la RCA-Víctor desde 1932 a 1964.

Hizo de 1936 a 1940 programas radiales y películas para firmas comerciales como la Bayer y Exposición Latinoamericana de Macy’s, como director comercial.

Para las Naciones Unidas compuso fondos musicales para películas documentales y programas radiales entre los años 1953 y 1957.

Gardel y Lepera, dúo compositor de tangos inolvidables.

Cuando Carlos Gardel llegó a Nueva York, le pidió que colaborara en sus películas y entonces pasó a ser director musical de la Paramount en los años 1934-35, musicalizando los films Cuesta Abajo, El Tango en Broadway, El día que me quieras, Tango Bar, Cazadores de Estrellas, Los Ojos de mi moza, Sol Tropical, Noche Estrellada y Recordando.

Y Tucci, con su gran orquesta, integrada por los músicos Remo Bolognini (argentino), Eduardo Zito (argentino), Rafael Galindo (mexicano), Juan Manzo (español) en violines; Abraham Thevenet (uruguayo) en piano; Domingo Guido (uruguayo) en bajo; Vicente Navatta (uruguayo) en cello y Joe Biviano (ítalo americano) en acordeón, secundó las grabaciones de Carlos Gardel en la Víctor.

Tucci fue un grande y entusiasta colaborador de los artistas argentinos que actuaron en Nueva York: Azucena Maizani, Agustín Irusta, Armando Barbé y Daniel López Barreto.

Una escena de filme «Easy Virtue», donde bailan el tango «Por una cabeza».

Letra y música

En 1969 publicó el libro “Gardel en Nueva York”, de cuya página 182, hemos extraído esta sabrosa anécdota:

“Suena el teléfono, a las tres de la mañana, y medio dormido, levanté el receptor y atendí.  Era Carlos Gardel que me dijo, con evidente satisfacción: “Che Viejo, te tarareo lo que acabo de escuchar, la melodía para el primer verso del tango “Por una cabeza”.

No sé si todavía no me había despertado bien, que, al escuchar el fruto de su inspiración, le contesté: “Ni la melodía ni la letra me dio buena impresión, pienso que no pueden ser útiles para nuestro proyecto”.

Algo amoscado, Carlos me contestó con firmeza e ironía “Mira, Beethoven, quédate con tus corcheas y semicorcheas, pero no te metas conmigo en asuntos de matungos”.

“Me causó gracia la comparación beethoveniana y comprendí que nadie como él -carrerista empedernido y dueño de un dispendioso stud- podía hablar con más autoridad de temas hípicos, nadie como él podía conocer la emoción del jugador que lo ve llegando, al disco, ganador; ni nadie como él sentir la tristeza y el desaliento al ver a su caballo flaquear, a pocos metros del disco”.

El tango “Por una cabeza” lo estrenó Gardel, en el mes de enero de 1935, cuyo primer verso, que le había tarareado aquella madrugada, habría sido escuchada por Gardel de la composición de Mozart del año 1781, “Rondó”, para violín y orquesta K373.

Por este motivo, que sólo abarca unos 7 segundos de la melodía de Mozart, algunos escritores quisieron descalificar a Gardel, como que había cometido “Plagio”.  Lo que quedó en duda fue que, si lo hizo conscientemente o fue una casualidad, posición esta última que los gardelianos han tomado como correcta.

Terigio Tucci viajaba seguido a Buenos Aires y en 1973 falleció el 28 de febrero de 1973, en la misma ciudad que lo vio nacer.

Fuente: Todotango.com

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