La vida oculta de Fidel Castro: lujos y excentricidades

El título de esta nota corresponde al libro cuyo autor es Juan Reinaldo Sánchez (La Habana 1949-Miami 2015) exteniente coronel y guardaespaldas durante 17 años del líder cubano (desde 1977 a 1994).

Escribe: Julio A. Benítez – benitezjulioalberto@gmail.com

Lo escribió conjuntamente con el periodista francés Axel Gylden, columnista del semanario francés “L’Express” y editado por “Grup. Editorial 62-S.L.U.2014-Ediciones Península” – Pedro i Pons 9 – Puerta 11 – 08034 – Barcelona – España, del cual transcribimos un resumen de su contenido de 272 páginas, traducido al francés y a la brevedad al idioma inglés.

Tapa del libro que generó polémica por las revelaciones.

Lujos y excentricidades

“A pesar de lo que siempre se dijo, Fidel fue una persona que se acostumbró a las comodidades capitalistas y eligió no vivir con austeridad, todo lo contrario, su modo de vida fue la de un capitalista sin ningún tipo de límites. Carismático e inteligente, pero manipulador, egocéntrico y de sangre fría.

En este, mi relato, está la historia que ningún idealista quiere escuchar, “Que el paraíso socialista está gobernado desde hace años por hombres que viven con lujos inimaginables para muchos líderes de países capitalistas”.

Yo fui uno de los hombres de su máxima confianza y durante 17 años partícipe de su reducido grupo de custodios personales.

Fidel Castro tenía una isla privada para él sólo: Cayo Piedra, ubicada al sur de la Bahía Cochinos, donde construyó un Jardín del Edén, a la que concurrían personalidades únicamente de su amistad y confianza.

La isla privada de Fidel, Cayo Piedra.

Para ir a ese lugar, utilizaba un lujoso yate, de 27,50 metros de largo, el Aguarama II, con todo su interior decorado con madera preciosa, importada desde Angola y que funcionaba con 4 motores que le permitían desarrollar una velocidad de 78 k/h, que le había obsequiado Leonid Brezhnev, uno de los últimos presidentes de la Unión Soviética.  Viajando por tierra lo hacía en un Mercedes Benz, con una pistola Makárov PM cargada, en el piso.

Dos yates, el Pioner I y el Pioner II, también con potentes motores, custodiaban al yate de Fidel y uno de ellos tenía instalado un consultorio, con  todos los elementos para que su médico personal, el doctor Roberto Castellano Gutiérrez, pudiera atenderlo en caso de urgencia.

Y en cuanto a armamentos, los tres yates estaban equipados con ametralladoras rusas pesadas Kord-12.7mm., gran cantidad de granadas, fusiles rusos AK-47, de alto alcance y suficientes municiones. Se debe considerar que Fidel Castro vivió bajo la amenaza constante de cientos de atentados; la misma CIA reconoció que intentó matarlo en varias oportunidades y de varias maneras, como con venenos, bolígrafos y habanos bomba.

Además, un cuarto yate, distante de los otros tres, controlaba por radar marítimo y aéreo, y en la base central de la aviación cubana, Santa Clara, estaba un Mig-29, ruso, con el piloto con traje de campaña, en alerta máximo, listo para despegar en caso de urgencia y a velocidad supersónica poder llegar, en 2 minutos, al lugar donde estaba el yate de Fidel Castro.

Propiedades y riquezas

Pero las propiedades de Castro no se limitaban a lo descripto. En La Habana tenía su propia mansión, que incluía un bungalow con puerto, centro médico, cancha de básquet y hasta una pista, en la azotea, para jugar a los bolos y otras importantes propiedades.

Entre otras extravagancias, el exmandatario se movía siempre con su escolta de diez custodios de los cuales dos de ellos debían tener su mismo tipo y factor sanguíneo, para ser potenciales donantes en caso de urgencia.

Además de fumar los mejores habanos cubanos, era un amante del whisky… su preferido fue siempre el costoso Chivas Regal, importado de Escocia.

En las últimas décadas solía despertarse tarde y empezar a trabajar después del mediodía. Cuando era visitado por alguno de sus amigos, se pasaba gran parte del día pescando con arpón, en su isla privada.

Para mí era un dios, yo lo escuchaba y creía todo lo que decía y lo seguía a todas partes y habría muerto por él.

Sin ser demasiado demostrativo con su familia, con su última esposa habría tenido 5 hijos y según referencias muy reservadas, otros 4, extramatrimoniales.

Fidel y su guardaespaldas estrechando sus manos.

Su pasión por la riqueza llegó a tal punto que coleccionaba cientos de diamantes en una caja de cigarros Cohiba… Ya tenía la mentalidad de un pirata caribeño, sentía que Cuba le pertenecía, era su amo a la manera de un terrateniente del siglo XIX.

Como digo anteriormente, para él la riqueza era un instrumento de poder, de supervivencia política y de protección personal.

Yo, ya cansado por determinadas situaciones y porque le dio asilo a un narcotraficante, le pedí el retiro como guardaespaldas. Me consideró un traidor, fui a prisión, en una minúscula celda infectada de cucarachas, donde me torturaban.

Intenté escapar varias veces, nuevas torturas, hasta que conseguí salir en una lancha en el año 2008 y pude llegar a Miami”.

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