[Suena Rock] “El Anillo del Capitán Beto”

“Ahí va el capitán Beto por el espacio”

Escribe: Leo Muñoz

La creación de Luis Alberto Spinetta, en colaboración con su banda “Invisible”, apareció en el álbum “El Jardín de los Presentes” en 1976, tercero y último de Invisible.

La letra refiere a un colectivero que se convirtió en astronauta, marcada con imágenes muy porteñas, como lo es el colectivo con “La foto de Carlitos sobre el comando y un banderín de River Plate y la triste estampita de un santo”. Los versos se van con el pensamiento de “Beto” sobre problemas existenciales.

Beto

La identidad del “capitán Beto” ha sido discutida, armada, desarmada y rearmada. Popularmente se identificó al “Beto” Alonso, figura e ídolo de River Plate, como el dueño de esa imagen. Spinetta era fanático de la “Banda”, pero en una ocasión aclaró: “Una vez estuve con el Beto y le dije que no la había compuesto pensando en él. ¿Cómo le iba a mentir? No se puede gambetear a un 10 majestuoso como él”.

En diversas ocasiones jugó con la explicación de la letra. En la enciclopedia virtual más famosa figuran cuatro respuestas de Spinetta sobre la canción y quien era Beto, dos corresponden a 1976, otra de 2002 y la última en 2006, también una entrevista de “El Gráfico” en relación a Norberto Alonso.

Las respuestas permiten combinar un amplio espectro de posibilidades que seguramente de un modo u otro aportaron o fueron parte de la construcción de la letra y sumaron al imaginario popular al respecto.

Invisible

La formación original era el trío que reunía al “Flaco” Spinetta (voz y guitarra), “Pomo” Lorenzo (batería) y “Machi” Rufino (voz y bajo). Precisamente Rufino compartió en un video en las redes su versión de la identidad del famoso “capitán” en 2020.

Explicó que mientras grababan su último disco como banda, Spinetta buscaba un nombre para el personaje de la canción, el bajista dijo “Beto”, lo que encantó al Flaco, “…Beto era un chico que era amigo mío, vivíamos casa por medio en la calle Paraguay, en Palermo. Era hijo único, éramos muy amigos», dijo Machi.

Spinetta junto con sus compañeros de Invisible.

«Desgraciadamente, sufrió un accidente, golpeó la cabeza en una pileta de natación y murió. Recuerdo el sepelio, en Paraguay, entre Gurruchaga y Serrano, todo el barrio en la calle», añadió sobre el verdadero Beto.

«Esa es la historia, no es más complicado que eso. El nombre Beto se usó porque representaba un sobrenombre común en la Argentina. Esa es la razón, y aprovecho para aclararla; en Wikipedia leí toda clase de explicaciones, ninguna tiene nada que ver y Spinetta nunca dijo nada que no debería decir y nunca dijo nada sobre cómo había sido la historia», completando: «No tengo por qué ocultarla y no me agrego ningún tipo de mérito. Simplemente yo elegí el título y Beto era mi amigo», cerró. 

“El Anillo del Capitán Beto” (Invisible, L. A. Spinetta)

Ahí va el Capitán Beto por el espacio
Con su nave de fibra hecha en Haedo
Ayer colectivero
Hoy amo entre los amos del aire

Ya lleva 15 años en su periplo
Su equipo es tan precario como su destino
Sin embargo, un anillo extraño
Ahuyenta sus peligros en el cosmos

Ahí va el Capitán Beto por el espacio
La foto de Carlitos sobre el comando
Y un banderín de River Plate
Y la triste estampita de un santo

¿Dónde está el lugar al que todos llaman cielo?
Si nadie viene hasta aquí a cebarme unos amargos, como en mi viejo umbral
¿Por qué habré venido hasta aquí, si no puedo más de soledad?
Ya no puedo más de soledad

Su anillo lo inmuniza en los peligros
Pero no lo protege de la tristeza
Surcando la galaxia del Hombre
Ahí va el Capitán Beto, el errante

¿Dónde habrá una ciudad en la que alguien silbe un tango?
¿Dónde están, dónde están los camiones de basura, mi vieja y el café?
Si esto sigue, así como así, ni una triste sombra quedará
Ni una triste sombra quedará
Ni una triste sombra quedará

Ahí va el Capitán Beto por el espacio
Regando los malvones de su cabina
Sin brújula y sin radio
Jamás podrá volver a la Tierra

Tardaron muchos años hasta encontrarlo
El anillo de Beto llevaba inscripto un signo del alma

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