Padres de alumnos del IPET 322 se manifestarán frente a la escuela. Reclamarán “acciones concretas de la directora ante los casos de violencia entre los alumnos”.
Escribe: Carolina Durand
El IPET 322 en los últimos 5 años ha devenido en un espacio permanente de violencia e inseguridad para los alumnos que cursan “su ciclo formativo”.
Así lo indica un grupo de padres preocupado por las peleas que se generan dentro de la institución que, continúan a pocos metros de la puerta principal.
La camada de niños que ha ingresado a primer año, no queda exentos de los niveles de violencia incontrolables que están a la orden del día.
Cansados de pedir respuestas y acciones concretas por parte de la directora de la institución, Nancy Medina, este jueves 1° de septiembre, un grupo de padres se convocará en las puertas de la institución, a las 13 horas.
Será “para reclamar acciones concretas y compromiso público de la autoridad máxima, caso contrario, pedir la renuncia inmediata de la misma”.
La convocatoria fue realizada por redes sociales, donde piden a la comunidad y a padres de otros cursos que se sumen a la manifestación.

El comunicado
“Somos padres preocupados y ocupados de la escuela pública Ipet 322 de Villa Nueva”.
“Venimos reclamando desde el inicio del mes de abril que la institución se haga cargo de las condiciones edilicias deplorables, de los baños inmundos que utilizan nuestros hijos, de los hechos de violencia continuos que no cesan dentro ni fuera de la institución”, indicaron en un comunicado.
“Se hizo presente la fiscal Juliana Companys, abrió una causa y, aun así, la violencia desmedida sigue siendo moneda corriente”, continuaron.
“Convocamos a padres de la institución y a la comunidad en general a que se sumen el próximo jueves 1° de septiembre a las 13:00 horas en las puertas del IPET 322, para reclamar acciones concretas y compromiso público; caso contrario, pedimos la renuncia inmediata de la directora Nancy Medina”, remarcaron.
“Queremos una educación pública de calidad para nuestros hijos, una institución ordenada, limpia y sana, y directivos a la altura de las circunstancias”, finalizaron.

Reclamos que no prosperaron
El mismo grupo de padres que se convoca para el próximo jueves, en abril pasado, pidieron reunión con la directora para manifestarle su preocupación ante las condiciones edilicias con las que sus hijos conviven a diario.
Entre las más relevantes se encontraron los baños sin puertas, rotos, inodoros con sarro, falta de bancos y sillas, tejidos perimetrales rotos por donde se escapan alumnos y entran personas ajenas a la institución, falta de cooperadora y balances, la violencia y el bullying dentro de la institución.
El pedido de calefactores para atravesar el invierno nunca prosperó y en los meses de junio y julio se pudo advertir jóvenes con mantas en los pasillos.
De los temas abordados solo prosperó la conformación de la comisión de cooperadora, la cual aún no ha podido acceder a registros de gastos con facturas correspondientes de los últimos 2 años, y el registro de matrículas y cuotas 2022 cobrados previos a la conformación de la actual cooperadora, por lo que aprobar un presupuesto estaría siendo una tarea dificultosa por falta de administración ordenada, según comentaron algunos padres.
Intervención de la fiscal
Las riñas dentro y fuera de la escuela no han cesado, ni aun con la visita de la fiscal, Juliana Companys en el mes de mayo, quien encabezó una charla destinada a padres, alumnos y docentes sobre cómo “prevenir delitos y realizar denuncias de ilícitos de manera segura”.
Además, dio a conocer que, a raíz de la divulgación de videos de peleas de alumnos volcados en grupos de redes sociales (incluso con fiestas clandestinas en 2020) se habría iniciado una causa en la que alumnos de la institución estarían implicados.

En la oportunidad, la directora explicó: «Desde la institución, nosotros tenemos un manual y un reglamento de actuación, pero ante determinadas circunstancias comenzamos a ver de iniciar una serie de trabajos interinstitucionales, y de esta forma contactamos al municipio para colaborar con gabinete psicopedagógico y con Seguridad Ciudadana».
Lo cierto, es que, el panorama no ha cambiado, las peleas se generan en cursos cada vez más bajos (1°, 2°, 3°), el nivel de violencia, amenazas y agresiones se ha ido incrementando y muchos padres han manifestado que no reciben ningún tipo de comunicado desde la institución, ni llamado de atención, por lo que, el trabajo en conjunto desde la institución, núcleo familiar y alumno no se estaría implementando.
La sociedad estigmatiza
La sociedad en general estigmatiza a los jóvenes que cursan sus estudios en el IPET 322. Los considera violentos, maleducados y ordinarios. De los aproximados 700 chicos que tiene la escuela, ¿todos serán criados sin valores, maleducados en sus casas y replicarán esa mala educación en la escuela dentro y fuera?
¿Y los pibes que van a la institución porque eligen la escuela técnica pública, porque les interesa la orientación industrial (Industria de Procesos / Industria de la Alimentación), que tienen padres trabajadores que confían en el establecimiento para que los eduque y los cuide? ¿Esos alumnos también merecen ser señalados por pertenecer a una institución donde la conducción parece no estar siendo la más beneficiosa para los estudiantes?
Colegios públicos de Villa María tenían alumnos con problemas de conducta y violencia constante que, con trabajos interinstitucionales y, directivos dispuestos a cambiar la situación, han logrado avances importantes.
Hace 2 meses atrás, trascendió entre los pasillos de la institución que, estudiantes habrían tenido sexo en los baños de la institución. La información fue confiada por algunos alumnos a sus padres y lo cierto fue que los baños comenzaron a permanecer con llave y solo se abrían en los lapsos de recreo.
Algunos hechos de violencia
Al mediodía de este martes 30 de agosto, dos peleas que iniciaron en la escuela, continuaron a metros del establecimiento en simultáneo. Mientras dos varones peleaban en calle Belgrano y 25 de mayo; dos mujeres menores de 15 años lo hacían en pleno parque Hipólito Yrigoyen (sobre calle Belgrano) con más de 50 estudiantes a su alrededor.
Una niña de 12 años fue amenazada por otra alumna de la institución, por tal motivo no está asistiendo a clases. Su madre, aterrada de no tener respuestas evalúa a tres meses de terminar las clases, cambiarla de colegio.
A un mes de iniciarse el ciclo lectivo 2022, un alumno de 1° año estuvo una semana sin ir a clases por miedo. Alumnos de divisiones mayores le habían robado una gorra y el padre del niño se la recuperó. Al otro día del hecho, fueron a su curso para amenazarlo y golpearlo.
Sus compañeros le dieron aviso y durante una semana sus padres tuvieron miedo de mandarlo a la escuela, hasta que la institución intervino llamando al padre del joven abusivo.
Al mismo tiempo, en el mes de abril una docente, Marcela Pereyra, cansada de la violencia, denunció públicamente las peleas dentro y fuera de la escuela, “la falta de gestión y organización, de mobiliario para los alumnos, de agua y de seguridad para los docentes y demás alumnos”.
En agosto del 2019, un alumno atacó a otro con un destornillador. Por suerte las heridas fueron leves, pero, desde aquel conmocionante hecho dentro de una institución educativa, han ido en aumento y agravándose.
Innumerables son los casos de violencia, abusos y bullying que se repiten día tras día en la institución.
Un grupo de padres cansados de vivir con el corazón en la boca cada mañana/tarde cuando sus hijos van a la escuela, decidieron autoconvocarse este jueves para reclamar acciones concretas y ante la “inacción e inoperancia”, la renuncia de la directora al cargo.