[Argentinadas] «Día del maestro», un buen momento para pedirles disculpas

Escribe: Raquel Baratelli

Cada día del maestro reaparecen en las aulas las caritas emocionadas de los peques con sus regalitos, dibujos, flores, besos y abrazos, reafirmando su amor inconmensurable por sus maestros, esos adultos que cada día les brindan atención y cobijo, dentro de esa extensión de su hogar, que es La Escuela.

Todos los 11 de septiembre, los maestros pueden sentir que cada abrazo de sus alumnos, cada saludo de los padres encierra una inmensa manifestación de gratitud, una inyección más que viene a inmunizarlos contra las malas vibras. Un recordatorio de la tarea cumplida.

Con cada letra del “feliz día seño” la seño se siente acompañada, valorada en su permanencia frente al aula, en su vocación y compromiso con la educación.

A ver, chicos, dejando de lado el romanticismo que florece ante días alusivos; diciendo las cosas como son, debería ser este un día para pedir disculpas por el ninguneo que año tras año deben soportar los docentes en general.

Los sueldos de hambre no son lo único que empaña su loable tarea diaria, también lo son las malas condiciones laborales que deben soportar año tras año y la falta de reconocimiento de la sociedad que somos.

Cada día del maestro nos debe interpelar como personas, quién de nosotros podría negarles el mérito de los propios logros a los educadores que tuvo en su haber.

Entonces, viejo, ya viene siendo hora de defender la Escuela y los docentes que son quienes las bancan. Por nuestros hijos y los hijos de los hijos de sus hijos, por los peques de hoy y de mañana, pensemos un poco y nos pongamos las pilas, valoremos a los maestros todo el año, que no basta con saludarlos en su día.

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