Opinión – El plan K

“No estoy de acuerdo con lo que dices pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. Voltaire

Escribe: Cristina Pablos

El Plan K, en medio de la cuarentena, marcha a paso redoblado. Es el mismo plan que CFK le presentara a Alberto Fernández al ofrecerle la presidencia. Tal vez A. F. pensó que, una vez ungido como tal, las cosas las manejaría él. ¡Flor de ingenuo! ¿No conoce a su socia? Se tendría que haber dado cuenta del Plan cuando CFK le “pidió”, para sus chicos de la Cámpora, las Cajas más estratégicas, pero, sobre todo, las más jugosas económicamente. Tampoco reaccionó cuando liberaron presos, entre ellos a Boudou- quien ahora cobrará el equivalente al sueldo de casi 300 jubilados-. No se dio cuenta Alberto que CFK venía a vengarse, especialmente de Macri a quien quiere preso antes de Navidad, o antes que ella misma.

El Plan K “socialista” de Grabois y otros camporistas intentó ir por el campo al atacar a Vicentín. Pero ¿por qué Vicentín y no otra? Porque esta empresa tiene dos puertos sobre el Paraná por donde entran dólares y muchos de manera no muy limpia y ¡dólares! son los que le interesan a la vice. Después quieren seguir con Latam; este es el único país (la compañía está en varios) en donde los empleados, sin trabajar, y por presión de los gremios comandados por Biró, no aceptaron una rebaja en sus sueldos. Desconectarán así a todo el interior que, a bajo costo, estaba interconectado. No sólo una empresa que se va si no que se quieren quedar con los aviones.

¿Todos los argentinos seguiremos pagando juicios millonarios por caprichos de la Sra.?

Un país con una actividad económica que, en marzo, con solo medio mes de cuarentena, había caído el 10%. Un país en el que, en tres meses, cerraron más empresas chicas y no tanto que en todo 2019.

¿Seguirán con el periodismo?

Ya el presidente, que no tiene buenos modales, precisamente y en especial con las mujeres, (¿y el colectivo feminista dónde está?) los está mandando a todos, como buen profesor, a estudiar. Una buena parte de la sociedad, aun en cuarentena, se expresó el pasado 20 de junio con un banderazo a lo largo y ancho de todo el país. La excusa: Vicentín. Pero por detrás los reclamos eran por libertad, en defensa de la Constitución, por el respeto a la división de poderes y por la República.

Eso no amilanó al gobierno; Alberto Fernández dijo que “seguirá manteniendo sus convicciones”.

¡Qué pena! No hay peor ciego que el que no quiere ver.