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Tarjetear para comer: En un año, aumentó 55% la deuda con tarjetas de crédito
Uno de cada cuatro argentinos es deudor con tarjetas de crédito. Córdoba se ubica en el octavo lugar en el ránking de morosidad a nivel país. Y crece la cantidad de usuarios que solo pagan el mínimo, con lo que la espiral de endeudamiento se vuelve interminable.
El endeudamiento total por el uso de tarjetas de crédito en la Argentina creció un 55% real (es decir, considerando la inflación) en el último año -entre julio de 2024 y julio de 2025-, según los últimos datos oficiales proporcionados por el Banco Central de la República Argentina.
La Ciudad de Buenos Aires, Tierra del Fuego y Santa Cruz, son los tres distritos en los que se registran los mayores niveles de deudas con tarjetas de crédito por cantidad de habitantes.
En el otro extremo del ranking de deudas con tarjetas de crédito por habitante, aparecen las provincias de La Rioja ($ 172.000 por persona), Formosa ($ 130.000) y Chaco ($ 119.000).
Córdoba se ubica en la octava posición con una deuda individual promedio de 455 mil pesos, según publicó el portal Chequeado.

Las razones
Para la politóloga Mara Pegoraro, coordinadora del Centro de Estudios para la Recuperación Argentina (Centro RA), la suba de los servicios (que no pueden abonarse con tarjeta) es clave en esta ecuación: la luz, el gas y el agua aumentaron, y aunque la inflación se haya desacelerado, los salarios siguen quedando atrasados.
Por eso, la gente prioriza pagar primero los servicios para no quedarse sin ellos, y recurre a la tarjeta de crédito para comprar “bienes ordinarios”, como alimentos, difiriendo el gasto.
“Lo que vemos es que la tarjeta de crédito se usa para completar el costo de vida diario. La gente paga servicios con lo que tiene en efectivo y luego recurre a la tarjeta para gastos como el supermercado. Por eso la morosidad se concentra en deudas de apenas 30 días”, explicó Pegoraro.

La especialista planteó que el uso de la tarjeta permite financiar parte del consumo diario y “estirar” el dinero disponible, incluso cuando hay promociones con billeteras virtuales que podrían ser más convenientes.
Sin embargo, agregó que no solo crece la deuda con las tarjetas, sino también la cantidad de personas que pagan únicamente el mínimo, lo que indica que muchas familias dependen de este mecanismo para llegar a fin de mes.
El salto de la deuda con tarjetas
El endeudamiento con tarjetas de crédito en la Argentina tuvo un fuerte salto en el último año. De acuerdo con los últimos datos oficiales del BCRA, el stock de deuda pasó de $ 9,6 billones en julio de 2024 a más de $ 20,3 billones en julio de 2025, lo que representa un crecimiento real interanual (es decir, considerando el efecto de la inflación) del 55%.
En julio de 2025, el total de deudores con tarjetas de crédito en el país alcanzó las 11.542.592 personas -casi el 25% de los habitantes-.
De ese total, el 91,2% acarrea una deuda de apenas 30 días; el 3,2% tiene una deuda de entre 31 y 90 días; el resto acumula deudas por un período de tiempo mayor.
Según los datos oficiales suministrados por el Banco Central de la República Argentina, en julio de este año había 113.359 personas con atrasos superiores a un año en el pago de sus deudas con tarjetas de crédito.
“Lo que preocupa es que crece el porcentaje de usuarios que solo paga el mínimo. Eso genera un espiral de deuda que reduce el límite de crédito disponible y obliga a las familias a vivir con una especie de ‘ingeniería financiera’ mes a mes”, advirtió Pegoraro.

El crédito como herramienta para cubrir el costo de vida
El economista Amílcar Collante indicó que el aumento del endeudamiento con tarjetas de crédito no tiene por qué verse como algo negativo: “En países desarrollados, una parte mucho mayor del ingreso se destina al crédito. No es un problema en sí mismo, aunque sí lo es cuando los intereses superan con creces la evolución de los salarios”, señaló.
Collante remarcó que alrededor del 20% de los ingresos de las familias hoy se destina a cubrir deudas con tarjetas, créditos personales, prendarios o hipotecarios, lo que marca un límite para la capacidad de consumo.
“Mientras la inflación era alta, muchos pensaban que las últimas cuotas se licuaban. Ahora pasa lo contrario: las tasas son elevadas y las cuotas pesan más. Eso explica el deterioro acelerado en la regularidad de la cartera en los últimos meses”, agregó.
Sobre el futuro económico, Pegoraro lo ve “totalmente incierto y muy vertiginoso”. Para la politóloga, no hay señales de recomposición del poder adquisitivo ni de reactivación del consumo, la industria o la construcción. Y advierte que el Gobierno no apunta a reactivar la economía a través del consumo, lo que deja a muchas familias dependiendo del crédito solo para llegar a fin de mes.
