[Tiempo Loco] La Antártida deja pistas por la vigencia del cambio climático

El continente antártico es una de las zonas del planeta en donde se evidencian impactos significativos del calentamiento global. Te contamos cuáles son estos cambios que ya se observan, cómo se monitorean y las perspectivas a futuro.

Escribe: Mag. Hernán Allasia

Es necesario pensar el cambio climático en articulación con el cambio social. Es decir, que el cambio climático no es una fuerza de origen “natural” sin relación alguna con la actividad humana, sino que constituye un problema urgente de carácter global, íntimamente asociado a las formas sociales de habitar, consumir y reproducirse en la actualidad.

Los modelos climáticos y estadísticos de temperaturas registradas de forma sistemática y consecutiva durante extensos períodos de tiempo son indicadores claves para analizar cuál es la relación entre la acción humana, los patrones de producción y consumo y la modificación del ambiente.

Esto resulta posible gracias a la continuidad de las mediciones meteorológicas en condiciones extremas realizadas por personal profesional, que participa cumpliendo tareas científico técnicas en las estaciones argentinas de la Antártida.

Indicadores

Las mediciones atmosféricas realizadas en las diferentes estaciones antárticas, desde el año 1904, permiten evidenciar el impacto del cambio climático a partir del aumento de la temperatura.

Otro indicador, es comprender los cambios en la cobertura del suelo en la península Antártica a través del análisis de las plantas que brindan indicadores para comprender mejor el cambio climático.

Un indicio muy del calentamiento global, es el retroceso glaciar. Un estudio reciente muestra cómo los manchones de tierra van ganando cada vez más terreno en lugares que, hasta hace poco, estaban totalmente cubiertos de hielo, inclusive durante los meses de invierno.

Los reportes oficiales del Estado del Clima global elaborados por la OMM (Organización Meteorológica Mundial) confirman que, el hielo marino de la Antártida se encuentra en los niveles más bajos desde que se disponen de registros sistemáticos y confiables, llegando a mínimos históricos en 2022.

Resulta así, que el frío antártico ya no es lo suficientemente frío para mantener los glaciares tal como existieron durante decenas de miles de años. Esto nos obliga a repensar y actuar de modo urgente para que sea posible revertir una tendencia de la cual ya no es posible dudar.

Fuente: smn.gob.ar

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