El orgasmo tiene sus días: Por una sexualidad libre de metas

Escribe: Lic. Noelia Benedetto (*)

Existen dos días mundiales del orgasmo, desde el 31 de julio de 2001 y el 8 de agosto de 2006, se celebran el día mundial del orgasmo y el día internacional del orgasmo femenino, respectivamente.

En 2001, una empresa británica de lencería y artículos femeninos Ann Summers decidió declarar el 31 de julio como el «Día del Orgasmo» en el marco de una campaña publicitaria.

Su objetivo era vender más productos que estimulen a las personas con vulva. Uno de los lemas era «hágalo, no lo finja» y, como se detectaron en un estudio en Londres que el 80% de las mujeres socializadas fingían el orgasmo en sus relaciones sexuales, quisieron acabar con la preorgasmia.

La otra efemeride nació en Esperantina, Brasil. El concejal José Arimateia Dantas Lacerda, reparó en un estudio realizado por la Universidad Federal de Piauí, y descubrió que el 28% de las mujeres de esa región no habían vivenciado un orgasmo, y concluyó que estos resultados demostraron un grave problema de salud pública.

Cuando sometió el tema a discusión, expuso que era muy difícil intervenir sobre el pensamiento de una mujer para que ella luche por su propio placer, sobre todo, cuando nadie las educa sobre sexualidad femenina.

Vivencias diferentes

La vivencia orgásmica se trata de un fenómeno intenso y placentero que puede ocurrir o no en el curso de un episodio sexual. Algo que podemos describir cada quien sin que las palabras terminen de aquello que vivimos. Una experiencia inefable, intransferible, articulada pero no articulable.

En nuestra lengua, a veces expresamos las experiencias o los estados emocionales con metáforas de lugar: “casi llego” o “tardo un montón en llegar”, o “alcancé un orgasmo”. Estas metáforas topológicas dan a entender que concebimos el orgasmo como una meta, un objetivo final al que hay que llegar.

Se podría decir que occidente se convirtió en “orgasmocentrista” y problematizó en parte las relaciones sexuales, polarizándolas. El objetivo era llegar a una meta, a un lugar que, más allá de la experiencia y de la fisiología, había sido construido por la cultura, cuando es sabido que lo sexual debería ser un espacio libre de metas.

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Valerie Tasso dice que mientras, en soledad, hay quien se pregunta «si tiene un problema por no tener orgasmos fácilmente y siente vergüenza porque todo el mundo proclama los suyos como si logro logros en su LinkedIn».

«Como si eso te hiciera mejor, más valiosa o más válida y no, no es así, todos los cuerpos tienen capacidad para el placer, sólo hay que escucharlo, pero tal vez hemos pasado de sacralizar el orgasmo a sacrificarlo».

Habría que felicitarse en este día como un símbolo más de la necesidad de que un reconocimiento de los derechos sexuales de las mujeres socializadas y personas con vulva, a la propia sexualidad, a la no coacción, derecho al placer y a una ESI orientada al mismo.

(*) Psicóloga y sexóloga

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