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Alicia Peresutti rompió el silencio con una carta pública: «El día que la fiscal vino por mí»
La ex auditora general de Villa María, que había sido acusada de varios delitos relacionados con la función pública, en el marco de una causa que investiga la fiscal de Segundo Turno, Juliana Companys, lanzó un mensaje de difusión a raíz de todo lo que pasó a través de su detención y puesta en libertad en este mes.
Peresutti manifestó ser «una perseguida judicial» y acusó que Companys la «privó ilegítimamente de la libertad e hizo abuso de poder». «Destruyó mi vida y la de quienes me rodean», enfatizó.
A continuación, el texto completo de la carta pública con la que rompió el silencio tras recuperar su libertad.
«El 1 de setiembre a las 13:05 horas en un procedimiento sin precedentes fui detenida por orden de la Fiscal Companys Fiscalía de 2do turno, Villa María.
Fui liberada el miércoles 6 de setiembre por Decreto de la Jueza de Control.
Siento que el dolor, la tristeza, la angustia y la decepción me perforan las entrañas. Me encerré en mi casa a no dormir, a no hablar casi porque la garganta se me cierra y no puedo gritar lo injusto de esta injusticia.
Siempre pensé que podía terminar con un tiro en la cabeza o en un accidente entre comillas, pero jamás se me ocurrió pensar que me podían detener y menos por haber trabajado de manera voluntaria en Vínculos durante 26 años.
¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Quiénes están? No me deja dormir. ¿Si vienen por mis hijos? Con este voluntariado ya le arruiné la vida a uno, ¿ahora van a venir por los otros?
Hace meses que está esta causa, dando vueltas y vueltas, metiéndonos miedo. Pero después te sentás y decís “no hice nada más que ayudar todo lo que pude”, la gente debe exagerar.
“Mirá Ali que vienen por vos” , “mirá Ali que te quieren a vos” , mirá Ali que sólo preguntan en los testimonios por vos (testigos de la causa Lazarte). Nunca más estuve tranquila.
Me venían siguiendo, el auto naranja. ¿Saben qué pensé? Que podía tener que ver con una denuncia complicada en el tema Trata. Y me estaba preparando para que me boletearan, le pedía a la Virgen que si ocurría lo peor mis hijos no fueran testigos de la masacre. Cuando salí del Supermercado y empezó la detención , juro que no entendía nada. Me estaban trasladando y la noticia ya estaba en todos los portales.
Las esposas, las fotos para la prensa –¿por que tanto ensañamiento?- . «Señora está detenida por todos estos delitos”, “Señora firme, firme, firme». Ahí con una velocidad atroz me sacaron el celular. Que por supuesto estaba abierto. Es decir mi vida entera en sus manos.
Viernes a las 13:05 hs. De ahí a los Calabozos de la Calle Piedras, me pintaron los dedos, me revisaron, me sacaron de la mochila el dinero que habíamos retirado del banco para llevar a Nazareth para comprar comida –era y es para comida- y de ahí en menos de veinte minutos (calculo yo) me subieron a una Unidad y me trasladaron a la Cárcel del Barrio Belgrano.
Otra vez el mismo procedimiento. Bajarme esposada, los dedos pintados y de ahí a un lugarcito en Servicio Médico donde el Director me explicó que me iban a trasladar a Bouwer. En menos de diez minutos me subieron junto a otros dos detenidos y me trasladaron a Bouwer. Un viaje eterno.
Justo ese viernes 1 de setiembre a la noche cerraban las listas de candidatos para elecciones municipales, donde sonaba que yo iba a integrar una lista. Quiero creer que no tiene que ver con esto. Que fue solamente una coincidencia.
Quiero agradecer a la Subdirectora y a la Directora de Bouwer, que al verme tan angustiada me permitieron comunicarme con mi familia. Juro que en ese momento de tanta angustia no recordaba los números de los chicos. Tres días en una celda sola y después a un pabellón.
Soy una perseguida judicial. Una funcionaria judicial -fiscal provincial- me privó ilegítimamente de la libertad e hizo abuso de poder destruyendo mi vida y la vida de quienes me rodean.
Me trasladó a mí sola a Bouwer, a Lorena y Graciela las dejaron en el Calabozo de la calle Piedras -cerca de la familia- . Me arruinó completamente la vida y la de mi familia. 27 años luchando contra la mafia para que me hagan esto.
Nada de ahora en más va a reparar el daño que me hicieron. Nada. Nada va a sacarme nunca esta sensación atroz de que cualquier fiscal me puede detener con tan poco.
Por favor que el Poder Judicial, que el Ministerio Público Fiscal con sus herramientas jurídicas, en el marco de la ley y de la protección de las garantías que gozamos todo, detenga esta atrocidad, esta violación de Derechos.
Estamos en Democracia. Privación ilegítima de la libertad y abuso de poder. Y como consecuencia destrucción de mi vida entera. Le ruego a la Fiscalía General que intervenga ante los hechos ocurridos y que actúe según corresponda ante los excesos y arbitrariedades cometidas por la Fiscal sobre mí. Y ante tanta prueba del ensañamiento personal contra mí –desconozco por qué- aparte la Fiscal de esta causa .
Y por favor que el dinero que era para comprar comida a los asistidos vaya a la Institución como corresponde. Lo que la Fiscal llama Asociación Ilícita es la solidaridad entre ONGs pobres que trabajamos con los más vulnerables.
Nada va a devolverme la vida que tenía, ni a sacarme esta tristeza infinita que llena mis días, el pánico a salir. Nada va a devolverme el nombre limpio que tenía. Y mientras continúa este ritual de degradación a que me está sometiendo a mí y a los que me rodean.
Pero tiene que hacerse justicia. Creí , creo y creeré en el Poder Judicial de Córdoba. Porque gracias a la expeditiva decisión de la Jueza de Control recuperé la libertad. Pero esto continúa y yo ya no tengo vida.
Y sobre todo no puedo luchar contra la trata, como hice por casi treinta años. Cuando vienen por los indefensos las Instituciones tienen que salir de su letargo y funcionar para protegerlos».