Desde el Obispado Villa María llamaron a la paz para las elecciones del 19

Queridos hermanos:

El próximo domingo 19 de noviembre tendremos elecciones presidenciales en nuestra
patria. De muchas maneras me llegan noticias del desconcierto y desilusión de tantos. Comprendo esos sentimientos por los graves problemas que padecemos.

Algunos nos piden a los obispos y sacerdotes una orientación o simplemente nos confían su perplejidad a la hora de votar. No es misión de los sacerdotes dar indicaciones concretas sobre a quién deben votar los cristianos. Nuestra tarea es enseñar el Evangelio para que cada fiel haga su opción con madurez.

Por las circunstancias de nuestra patria, mi única recomendación es que se vote a conciencia a quien juzgamos más apto para conducir el gobierno.

A veces la persona se
siente conflictuada porque no encuentra un candidato que le satisfaga y entonces debe optar por la opción que le parece a él menos mala o incluso votar en blanco si así es fiel a su conciencia.

La democracia no se ejerce solamente con el voto. Hemos de urgirnos todos a un mayor
esfuerzo por cumplir todas nuestras obligaciones sociales con generosidad.

El ejercicio de las virtudes es el fundamento sólido del sistema democrático y del estado de derecho. Los argentinos tenemos mucho por crecer en ese orden.

Si el Señor no edifica la casa, en vano trabaja el obrero, nos dice la Biblia. Siempre
debemos rezar por la patria y sus gobernantes, pero en este momento hemos de intensificar nuestra oración por nuestro país, para que Dios ilumine y fortalezca a nuestro pueblo y sus dirigentes en la auténtica búsqueda del bien común.

Los animo a que ofrezcamos la Santa Misa, el Rosario y la ya difundida «Oración por la patria». De un modo particular los invito a que tengamos una jornada especial de oración el próximo viernes 17 de noviembre, uniéndonos a los cristianos de todo el país por la gran necesidad de nuestra nación. Podemos hacerlo en nuestras familias, en
nuestras parroquias o individualmente.

No quiero alentar una esperanza ligera en este momento, pero sí debo transmitirles la
confianza de que Dios, Señor del mundo y de la historia, no nos abandonará por difíciles que sean nuestros problemas. Con esa confianza es más fácil decidirnos a obrar bien, aunque otros no lo hagan, o sostener la paciencia cuando muchos la pierden.

El fruto de esa actitud será una profunda paz personal y la difusión en torno nuestro de la amistad social. Con la violencia no se construye nada.

En momentos en que vemos la destrucción de la guerra en otros países, hemos de cuidar la paz entre nosotros, rechazando todo recurso a la violencia, física o verbal.

Queridos hermanos, con estos pensamientos, los animo a cumplir nuestro deber cívico de votar en conciencia y luego aceptar de buen grado el resultado de la elección, gane quien gane, respetando así su legítima autoridad.

Con la voluntad de acompañar a nuestro pueblo en sus difíciles momentos, les hago llegar este mensaje y mi bendición, augurándonos a todos la paz de Dios.

+Samuel Jofré
Obispo de Villa María

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