[El Deschave] Nuevo gobierno: ¿Y de Caputo cuándo hablamos?

Escribe: Miguel Andreis

Extraño clima social. Incierto y atemorizador. El país atraviesa uno de los momentos más vacilantes y robadores de sueños, en cuanto al futuro. La realidad es un camino minado por funcionarios que están camino a la retirada en todos los órdenes, que no les importaron las consecuencias de sus acciones.

No se pueden hacer los distraídos. Nadie, ni los que se van ni los que asumirán pueden decir que no vieron lo que se venía. Lo que les dejaban. Eso no es más que una de las tantas muestras que en función de alcanzar el poder nunca interesa a costa de qué.

Por otra parte, nos encontramos con un presidente electo que, en su acción disruptiva y no menos intempestiva, logró, señalando acusatoriamente a la casta política de ser responsables de todos los males, no sin razón, que el 56% de los votantes lo acompañara en las urnas. Esa casta, curiosamente, hoy es su respaldo.  Nadie por el momento le pedirá rendiciones de cuenta. Se asociaron.

Fue sincero, no mintió

Habrá que decir que, a su favor, el electo no apeló a la promesa fácil ni demagógica, muy frecuente entre los postulantes de todos los matices, y aludió a una cruel realidad y, más brutal y conflictivo futuro. No prometió lluvia de flores. Hoy ya se lanza con un panorama desolador. Eso le alcanzó para ganar. Hasta ahí se trató de un punto de inflexión.

Lo que se sucedió en los días siguientes al triunfo fue y es, bastante confuso a la hora de armar su Gabinete. Quizás, se dio en el momento en que Javier Milei, desde lo cuantitativo social, sumó más voluntades. Mayores apoyos. Los mismos desposeídos, no todos, pero sí muchos, hablan de la necesidad de un ajuste.

Muy posiblemente que unos y otros aún no hemos tomado conciencia de que un ajuste o como quieran llamarlo, no es otra cosa que una escalera a la pobreza de verdad, solo que hacia abajo.

Por ahora nos entretienen con la “Estanflación”, definición tan vieja que la mayoría de los jóvenes nunca sintió nombrar. En realidad, dicha patología se viene dando desde hace 11 años, solo que a nadie se le ocurrió ponerla en tinta sobre el papel.

Por un lado, los gobernadores entrantes que le reclaman a Milei la carencia de fondos, (cosa curiosa sin aún no asumió), ya que no tienen dinero para pagar en las provincias sueldos y aguinaldos. Seguramente cosa veraz.

Ahora, es necesario que nos preguntemos, ninguno de ellos, sin importar el color político que representan, ni tampoco los que se van, se dieron cuenta que la campaña de Sergio Massa a presidente se trataba de una de las estafas más inmorales y perversas en la historia de la política nacional.

Indican que la misma tuvo un desvergonzado e inmoral costo de 15 mil millones de dólares. Cifra que aparece desde sus propias fuentes. ¿Cuántos de ellos, los gobernantes y candidatos para la nueva gestión, salieron a las calles a reclamar -como algunos pretende hacerlo en los próximos días- (aunque no todos) a reclamar por el uso monstruoso de semejante cifras?

¿Son tan ingenuos que no se dieron cuenta o especularon pensando que si el tigrense ganaba les cortaba los víveres? ¿O en todo caso creyeron que los recursos repartidos a la “manchancha”, era un regalo del Tío Tom? Con esa cifra alcanzaría y sobraría para abonar, no uno, sino dos aguinaldos y sueldos de todas las provincias.

Massa anunció que se va del país. Le ofrecieron laburo en el sector privado. Lástima que no haya tomado antes tal decisión. ¿No piensan llevarlo a la Justicia?  Se sigue dejando que la impunidad gane espacio y libertades inmerecidas.

No es bueno firmar un documento en blanco, cuando el papel está manchado

Por otra parte, aparecen nombres en el nuevo gabinete a asumir como el de Luis Caputo, nada menos que manejando la economía. El mismo al que se lo acusan de que junto con el JP Morgan, en el gobierno de Macri, hicieran un pase mágico de más de 15 mil millones de dólares.

Nunca más se conoció el destino de esos baúles de verdes billetes. No será fácil convencer a la ciudadanía que tiene que darle respaldo al libertario presidente, que aguante, cuando la caja y la vida de los argentinos pasará en gran medida por personajes como Caputo.

¿Acaso no fue este Caputo, bajo el gobierno de Mauricio Macri, quien hizo desaparecer del Crédito del FMI, 17.500 millones de dólares juntos con funcionarios del JP Morgan?

Pretender que a Milei le vaya bien. No necesariamente debe partir del silencio comunicacional sobre los que jugarán con nuestro futuro. Ojo con eso. Lo peor, es que el grado de paciencia y tolerancia social se encuentra que aquellos responsables de esta hecatombe económica, política y social, no solo no se hacen garantes y mucho menos la Ley los molesta.

Además, es evidente que un sector importante del kirchnerismo y los que se llaman de izquierda, ya comienzan a atrincherarse en función de desmantelar lo más rápido posible toda acción de gobierno. Y tales tareas no la piensan hacer precisamente desde el diálogo democrático.

La complacencia de los tiempos

Será disposición de cada argentino que piensa en el futuro con mirada alentadora, el decir basta a un populismo artero e insidioso que constitucionalmente finge que aquí no pasó nada.

¿Se irán de verdad o solo retrocederán para volver avanzar? Sería fantástico, por encima de las valoraciones que se deba “pagar”, que a Milei le fuese bien. Voluntad que no es fácil trasladar en el tiempo y en las acciones a toda una Nación.

Hoy, en un reportaje radial de Mitre Córdoba, decía un antiguo funcionario del Salón Oval de la Casa Blanca, aludiendo a Milei que “Es posible que el pueblo apoye hasta el segundo semestre del próximo año, de ahí en más, toda confianza se gasta y la tolerancia se transforma en rechazo”.  

Si Caputo es una notoria incógnita, no menos desconfianzas es la que brindan los muchos de aquellos que hoy le juran lealtad eterna al nuevo mandatario…

La realidad da temor, pero también la incertidumbre que promueven quienes maniobran acelerando el fracaso. En el medio, un país que va soportando día a día las expectativas y certidumbres siempre angustiosas… Todo es espera.  

Más de uno dejará que en su pensamiento se instale que la presente nota es una provocativa definición contra quien será el futuro presidente Javier Milei. Nada más equivocado.

Sería formidable que al futuro mandatario le vaya bien, muy, bien, excelente, no obstante, la función del periodismo es, entre otras cosas, abrir interrogantes. Aquí uno concreto y que no viene de la oposición, sino de la necesidad de que no queden cabos sueltos.

Darle apoyo al libertario no es otra cosa que sostener el orden constitucional -o lo que queda de él-, pero no aceptar personajes que los argentinos conocemos y bien.

¿Acaso no fue este Caputo, bajo el gobierno de Mauricio Macri, quien hizo desaparecer del Crédito del FMI, 17.500 millones de dólares juntos con funcionarios del JP Morgan? Nunca se conoció su fin.

El silencio es bueno para los hospitales no para el periodismo.

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