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[Historias] Quién fue Francisco Salamone, el diseñador de la Plaza Centenario en restauración
El paso del arquitecto Francisco Salamone por Villa María dejó dos obras icónicas para la ciudad. La Plaza Centenario y el Matadero. Quedó trunco el proyecto del palacio municipal. Con la restauración de la Plaza, se vuelve la atención hacia la figura de su diseñador.
Los inicios de Salamone como profesional en su materia, no fue precisamente en Villa María como se supone.
Sin querer entrar en discusiones sistemáticas de la obra en nuestra ciudad de quien fuera notable arquitecto e ingeniero, don Francisco Salamone, contamos con el libro de nuestro archivo titulado “Maestros de la Arquitectura Argentina”, escrito por los arquitectos René Longoni y Juan Carlos Molteni, con el patrocinio de la Asociación Argentina de Arquitectos, UBA – Universidad de Buenos Aires, FADU – Facultad de Arquitectura de Diseño y Urbanismo, y la Dirección de Arquitectura del diario Clarín.



Nuestro colaborador periodístico don Julio Alberto Benítez, durante sus investigaciones sobre el particular, pudo hablar por lo menos con varias personas, ya fallecidas, que conocieron a Francisco Salamone.
Es el caso de la señora Blanca Corres, que cuando era niña, se domiciliaba en calle José Ingenieros 44, enfrente de lo que sería luego la plaza Centenario, y en cuya casa, además, Salamone realizó planos y trabajos encargados por don Corres padre, para realizar modificaciones en su propiedad.
Su terreno colindaba con el del domicilio en calle Lisandro de la Torre 33, de don Eugenio Parajón Ortiz, intendente por esa época de nuestra ciudad. Allí, donde funciona desde hace varios años el Centro Vasco Euzko Etxea.
Otras personas entrevistadas oportunamente por nuestro colaborador fueron, uno de los peones que trabajó en la colocación de los mosaicos, don Parmenio Gallo y don Rubén Vijande, con quien mantenía una relación más afectiva por motivos comerciales.
De esas personas, don Julio obtuvo una sincera manifestación de sus intereses profesionales como personales.
En el mencionado libro, en su Página9 aparecen agradecimientos, entre ellos a Julio Benítez, por su colaboración para obtener datos de la estadía del creador de la Plaza Centenario en Villa María.
Su vida
Francisco Salamone D’Anna (FS), hijo de Salvatore, constructor, nació el 5 de junio de 1897 en Leonforte, Sicilia, distante unos 80 kilómetros del puerto de Catania, Italia, y en 1903 su familia se trasladó a Buenos Aires. Francisco era el segundo de cinco hermanos, dos de ellos nacidos en el país.
FS concurrió a la Escuela Industrial de la Nación Otto Krause, egresando como Técnico Constructor y también sus hermanos estudiaron y se recibieron con el mismo título, pero lamentablemente la pérdida del archivo profesional y empresarial de FS ha constituido una gran dificultad para reconstruir parte de la trayectoria familiar.
Con sólo 20 años de edad, entre 1917 y 1919 participó exitosamente en concursos, tales como el Panteón de Policías y Bomberos en el cementerio de la Chacarita y hacia 1924 viajó a Francia e Italia, donde obtuvo Medallas de Oro y de Honor en las Exposiciones de Milán y Barcelona.
Ingresó luego a la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, cuyo certificado de resultado de estudios del 27 de diciembre de 1920, resalta que había egresado como Ingeniero-Arquitecto con promedio de “Distinguido”.
Su primera participación profesional en la ciudad de Córdoba fue para la construcción de la Iglesia Santa Rita.


Luego de obtener sus primeros títulos continuó estudiando para graduarse como Ingeniero Civil e instaló su primera empresa constructora, interviniendo a partir de ese momento en los planos de la casa señorial en Avenida Argentina 640 (hoy Avenida Hipólito Yrigoyen), continuando con los departamentos del doctor Ricardo Vilella, el petit Hotel del doctor Allende, una casa de negocio en 25 de Mayo y Alvear y el proyecto de ampliación del Gran Hotel Victoria y el del petit hotel de la señora Garzón Palacio.
Además, y ha sido motivo de discusiones periodísticas, habría participado en otras importantes obras, que fueron motivo para la aparición de esos entredichos.
Pero en este caso la situación se planteó en su viaje y estadía a Valle Hermoso, donde realizó un emprendimiento inmobiliario en la vieja estancia “San Antonio de Punilla” y en la construcción de barrios y del cine de la Castellana, más un hermoso chalet de Tejas en Villa Finita.
También tuvo tiempo para dedicarse a la política, participando en las elecciones internas del Valle de Punilla para representar al radicalismo en el Senado Provincial; con resultado de la votación, adverso.
Su arribo a Villa María
La crisis profesional del arquitecto en los primeros años de la década del treinta, en un marco de crisis nacional e internacional, lo puso seguramente en la búsqueda de su oportunidad, como afirma el proverbio.
Se desconocen las razones por las cuales se dirigió se dirigió a nuestra ciudad, donde el radical Eugenio Parajón Ortiz había iniciado su segundo mandato municipal en febrero de 1932.
Muy emprendedor, tratando de mejorar las condiciones materiales de la ciudad, proponiendo al Concejo Deliberante, entre otros proyectos, a pesar que el municipio no contaba con una oficina técnica, la construcción de un nuevo Palacio y Teatro Municipal en lo que había sido el Mercado Colón, demolido en 1928, manzana en lo que sería luego plaza Centenario.
Y fue aquí donde apareció en escena FS, quien había instalado su estudio en calle Buenos Aires 1042, UT. 424, a quien se le encomendó proyectar dicho edificio, dado que sus antecedentes profesionales eran excelentes.
En 1933, presentó un ambicioso anteproyecto con aires no muy lejanos al ecléctico Palacio de las Bellas Artes que el italiano Adamo Boari había construido en el DF mexicano, muy difundido por aquellos años.


Es posible que a Parajón Ortiz y a FS les sedujera la idea de superar el esplendor del Gran Hotel Palace, inaugurado en 1930, cuyo proyecto pertenece al arquitecto Ángel Lo Celso y que es, desde 1987, sede del actual Palacio Municipal, conocido más como el ex Palace Hotel de Villa María.
Algunos cronistas de la época mencionan una posible reacción popular ante la desmesurada propuesta en tiempos de crisis económica, lo que aconsejó a Parajón Ortiz que transitara variantes más realistas y menos onerosas, encomendando a FS el diseño de una plaza en ese mismo lugar según ordenanza 395/34, cuando ya le había encargado el proyecto de un nuevo matadero por ordenanza 380/34 que reemplazaría al antiguo establecimiento de Las Playas (Pedernera 1967:422).


El Matadero Modelo fue adjudicado a la empresa constructora del ingeniero Agenor Villagra y casi de inmediato la construcción de la Plaza fue obtenida por el ingeniero José Licciardi junto a Hijos de Luis Constantini, empresa que ya contaba con antecedentes en parquizar y equipar espacios públicos.
La Plaza Centenario
La nueva plaza fue inaugurada el 12 de octubre de 1935, con una arquitectura en que las proporciones y las relaciones matemáticas son fundamentales en su simetría y armonía.
Además, había recibido el encargo municipal de diseñar la parquización de las Plazas Independencia y San Martín, junto a ramblas y bulevares.
Pero la contratación más importante en términos económicos con FS fue la realización del catastro, nivelación y estudio de los desagües de la planta urbana, indispensable para proceder a la pavimentación de las calles de la polvorienta ciudad.


En este punto terminamos esta nota, con lo referente a la Plaza Centenario, tema que es el que en este momento está en boga por su cierre que ya pasó el tiempo estipulado, unos nueve meses a la fecha y que según el contrato debería haberse terminado en febrero 2022.
Haber colocado tal cantidad de chapas (sin haber sido contadas, unas 300) con el costo que ¿habrá sido por cuenta de la empresa restauradora de la plaza?, de las cuales muchas ya han sido estropeadas por haberse dejado estacionar en 45%, cuando podría haber sido en fila, como en las demás manzanas o como se hizo en calle Buenos Aires con los taxistas.
En definitiva, en la obra de FS en Villa María coexisten un epílogo y un prefacio, un capítulo que se cierra con la Municipalidad y otro que se abre con la Plaza, el Matadero y su intervención, no certificada, en los planos de la construcción de la Asistencia Pública.
Además se debe considerar que él diseñó y dejó bien claro que lo que era su ambición como protagonista de una época, fue una plaza sin árboles, sólo plantas, flores, cercos bajos, nada que tapara su obra majestuosa y que posteriores intendentes fueron permitiendo la implantación de especies no relativas a nuestra zona, enormes plantas que no fueron debidamente podadas durante casi 80 años, para que algunas hayan tomado formas casi grotescas.


En Las Varillas
Luego actuó en Las Varillas, proyectando el edificio sede desde entonces de su Municipalidad y de allí a su periplo por las pampas bonaerenses, cuyas obras han concitado la atención de legos y especialistas por la simple razón de que allí, se encuentra el núcleo de su obra, con un centenar de edificios de diversa complejidad construidos en unos quince partidos en sólo 4 años.
Salamone supo aprovechar el lugar y momento justos, cuando el gobernador de la provincia de Buenos Aires por el Partido Demócrata Nacional don Manuel Antonio Fresco relanzó con fuertes recursos el plan que había pergeñado, en 1928, su antecesor en el gobierno don Valentín Vergara, tiempo en que aquella provincia era un enorme obrador.
El arquitecto de la Plaza Centenario falleció el 8 de agosto de 1959. Hoy, su obra en la ciudad está a punto de ser considerada patrimonio histórico nacional con la restauración que se lleva adelante.
La intención del gobierno municipal es que esté lista para el próximo aniversario de la ciudad, a finales de septiembre.

4 comentarios en “[Historias] Quién fue Francisco Salamone, el diseñador de la Plaza Centenario en restauración”
Pero como autor de esta nota, indudablemente la Plaza Centenario no quedará mejor, pese a todos los gastos que se generen, será siendo un lugar de paseo, tal vez muy atractivo, pero seguirá siendo un conjunto de árboles sin ton ni son, y que los pájaros usarán como nidos, ensuciando a quien se siente en sus bancos.
Buenos días. Interesante artículo. Respecto a sus «mentadas obras» en Valle Hermoso, no construyó el barrio San Antonio ni el cine La Castellana (1937). Villa Finita era propiedad de la familia de su suegro, Croft. Si es posible, les ruego una respuesta: si el radicialismo personalista estaba proscripto en las elecciones de 1931, E. Parajón Ortiz ¿ganó por el antipersonalismo, el P. Demócrata o de la Alianza Civil? Gracias.
Buenos días. No sé si corresponde aquí lo que expongo: la localidad de Silvio Pellico tiene una capilla o templo parroquial muy semejante en su edificación a la que tenemos aquí en La Falda. La de esta ciudad, creo es más grande, obra de los hermanos Ing Catalina Negri y Arq, Negri, quienes la construyeron entre 1945 y 1948. Desearía un contacto para enviar fotos y comparar datos, dado que en CABA hay una obra semejante de los mismos arquitectos (1938) pero de mayor tamaño. Gracias
Estimado Rubén, nos pondremos en contacto con usted. Muchas gracias por el comentario.