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La familia de Joaquín cuestionó la liberación del menor que mató a su hijo
La Justicia de Córdoba decidió liberar al menor que confesó haber asesinado a Joaquín Sperani en Laboulaye.
“L”, de 14 años, se encontraba alojado en el Complejo Esperanza desde julio y se consideró que su “detención” infringía los derechos del niño.
En tanto, deberá realizar un tratamiento psicológico individual y familiar y no podrá mudarse de su nuevo domicilio sin autorización.
El abogado de la familia, Raúl Palacios, había solicitado el cese de la privación de su libertad y que sea devuelto a sus progenitores. El pedido se fundamentó en el fallo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que instó a los jueces penales juveniles a buscar otras alternativas a la internación en el Complejo Esperanza para el tratamiento de casos de menores que cometan delitos y que no sean punibles por su edad.
La familia de Joaquín
La medida no cayó bien en la familia del adolescente asesinado. Para Mariela, la mamá de Joaquín, la liberación fue “un baldazo de agua fría” porque no se lo esperaban. Insistió en que está “totalmente” convencida de que puede ser una amenaza para otras personas.
“Malinterpretaron las pericias. Los jueces entendieron que debía ser restituido a sus padres porque hablaban de que él no padece ninguna patología, cuando sabía lo que estaba haciendo. Estamos hablando de una mente asesina”, remarcó al programa “Arriba Córdoba”.
La mujer sostuvo que «no fue un chico que se equivocó y pidió ayuda», sino que «se quedó callado y fue a la escuela sabiendo que su amigo estaba agonizando».
El crimen
Joaquín Sperani, de 14 años, desapareció el 29 de junio cuando se dirigía a su escuela. El joven dejó su bicicleta en el patio de la institución, pero no ingresó a clases.
Imágenes de las cámaras de seguridad mostraron al adolescente mientras caminaba por la vereda con su amigo «L», quien confesó tiempo después el crimen.
El 2 de julio, los vecinos de Laboulaye encontraron sin vida el cuerpo de Joaquín en una vivienda abandonada que estaba ubicada a una cuadra del colegio. Tras el hallazgo, fue detenido «L».
Joaquín sufrió politraumatismo de cráneo y daño encefálico producto de los golpes que tenía en la cabeza, según lo indicado por la autopsia. El adolescente sufría bullying y su mamá explicó que era un chico muy introvertido y que no usaba redes sociales.
«L» ocultó por varios días lo ocurrido a las autoridades y hasta brindó pistas que entorpecieron la investigación.