[Música e Historia] Semana Santa: La pasión de Cristo y la saeta

“¿Quién me presta una escalera para subir al madero…?”

Escribe: Leo Muñoz

Saetas

En una versión de “La Saeta” subida a Youtube un usuario escribió “Romper en llanto con líricas ‘religiosas’ para un perfecto ateo es toda una hermosa señal de que algo de humanidad me queda”, tal el efecto de la maravillosa interpretación de Jairo.

La “saeta” (del latín “sagitta” que significa flecha, flecha al corazón del que escuche) es un canto religioso entonado especialmente en Semana Santa y relacionado a la pasión de Cristo, enlazado con el flamenco y es por lo tanto parte de las celebraciones en Andalucía, aunque no propiedad exclusiva de la región.

Su origen se remonta al Siglo XVII, tomando la forma de la saeta flamenca en el cambio de los siglos XIX a XX. Se canta en honor a los pasos de imágenes relacionadas a la pasión durante las celebraciones religiosas, constituyendo un desafío lograr la correcta armonía y cadencia llevada a pura voz acompañada de mínimos instrumentos.

Machado, Serrat, Jairo

Antonio Machado (1875-1939), nacido en Sevilla y muerto en Francia escribió el poema de la letra que canta esta saeta, el catalán Joan Manuel Serrat lo musicalizó logrando una hermosa expresión musical de los versos del poeta.

Es altamente probable que la versión de Jairo sea la más extraordinariamente lograda, la voz única y magistral del artista cordobés lleva a un nivel emocional sublime “La Saeta”. También Juan Carlos Baglietto logró una excelente versión, presentada en la Basílica de Nuestra Señora de Luján en 2015, así como en programas televisivos.

Muerte en Cruz

Jesús, el Dios hecho Hombre, el hebreo que debía morir “lapidado”, esto es a piedrazos, según la condena judía para los blasfemos, murió en el humillante castigo romano de la crucifixión.

En los Viernes Santo se leen los Evangelios que relatan el modo en que los dirigentes del Sanedrín, agitando al pueblo lograron que el procurador romano, Poncio Pilato, castigara de muerte a Jesucristo, por revoltoso, por igualarse al César como Rey.

Crucificar era habitual en los romanos, era una muerte lenta y terriblemente dolorosa haciendo muy dificultoso respirar ya que colgaban de sus brazos clavados al madero, apoyados en sus pies atravesados por otro clavo.

El cuerpo quedaba expuesto por largo tiempo como escarmiento, mientras las aves de rapiña y la putrefacción terminaba con la carne.

Al derrotar al ejército rebelde de Espartaco en el 71 aC los romanos habrían crucificado a 6000 prisioneros como castigo y advertencia tremenda.

Para acelerar la muerte solían quebrar las piernas del crucificado, según las Escrituras, no fue el caso de Jesús, cuyo cuerpo fue depositado en un sepulcro.

“La Saeta” (Antonio Machado)

Dijo una voz popular
¿Quién me presta una escalera
Para subir al madero
Para quitarle los clavos
A Jesús el Nazareno?

Oh, la saeta, el cantar
Al Cristo de los gitanos
Siempre con sangre en las manos
Siempre por desenclavar

Cantar del pueblo andaluz
Que todas las primaveras
Anda pidiendo escaleras
Para subir a la cruz.

Cantar de la tierra mía
Que echa flores
Al Jesús de la agonía
Y es la fe de mis mayores.

¡Oh, no eres tú mi cantar
No puedo cantar, ni quiero
A este Jesús del madero
Sino al que anduvo en la mar!

¡Oh, no eres tú mi cantar
No puedo cantar, ni quiero
A este Jesús del madero
Sino al que anduvo en la mar!

¡Oh, no eres tú mi cantar
No puedo cantar, ni quiero
A este Jesús del madero
Sino al que anduvo en la mar!

¡Oh, no eres tú mi cantar!