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[Opinión] Argentina y la desaparición de personas: El caso Loan y todos los que faltan

Escribe: Cristina Pablos

Si bien la crisis es global, la “desaparición de personas” en democracia -y más si es un niño- no debería reconocer grietas.

Hay desapariciones de adultos, como los casos de José Ignacio López, Marita Verón, María Cash y otras, pero cuando se trata de la pérdida de un niño el tema se torna más dramático.

Aunque muchos son generalmente encontrados hay casos que no, como el de Sofía Herrera, de 3 años, que desapareció en Tierra del Fuego en 2008; a raíz de este caso se decreta “el alerta Sofía” que implica la intervención de la Justicia Federal con muchos procedimientos.

Guadalupe Lucero, de la misma edad, desapareció de la puerta de su casa en San Luis en 2021. La presidente de Missing Children en Argentina, Ana Rosa Llobet, dice que todos los días se pierden chicos: “hay 4 denuncias diarias”.

Aunque el 95% es encontrado aún quedan 100 menores a los que se los tragó la tierra; de ellos, alrededor de 70 siguen siendo menores y cerca del 40% ya superaron la mayoría de edad, como el caso de Carlitos, en Corrientes, que desapareció hace 30 años, a los 2 de edad, y al cual su padre lo continúa buscando.

El 18 de junio desapareció una chica de 13 años en Gral. Rodríguez (Bs. As.).

Los diputados y senadores se tendrían que encargar, más pronto que tarde, de sancionar leyes tipificando los delitos, especialmente los relacionados con menores, tan vulnerables

Hay cifras que dictan que, desde 2022 hay 1900 desaparecidos y no encontrados. El caso de Loan Peña, desaparecido el 13 de junio, en Corrientes, tiene en vilo a todo el país, la penúltima noticia es que fue visto en Córdoba y la última es que una testigo declaró que fue un accidente.

Hay muchas causas por las cuales los niños “se pierden”; ya sean captados para la trata, por pedófilos, para la venta y, en provincias como las del Litoral, es común el sacrificio de niños en diferentes rituales. Muchas veces está implicada la familia y algún personaje con poder.

Veo sobrecargado el trabajo de algunos periodistas devenidos en detectives que pareciera que quieren ser ellos quienes encuentren al chico; tal vez ayudando o entorpeciendo el trabajo de los especialistas.

La política, como de costumbre, se encargó de embarrar la cancha con comentarios insidiosos. Los diputados y senadores se tendrían que encargar, más pronto que tarde, de sancionar leyes tipificando los delitos, especialmente los relacionados con menores, tan vulnerables.

Espero que, para cuando esta nota se publique en las páginas de El Regional, ya tengamos alguna certeza de lo sucedido con Loan.

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