[Opinión] Argentina y sus crisis, una forma de vida

Escribe: Cristina Pablos

Durante varias décadas el término “crisis” ocupó un lugar central en las apreciaciones sobre el país y pareció convertirse en un diagnóstico casi permanente.

Es una paradoja eso de percibir la crisis como normalidad. Es como que los argentinos no conocemos otra forma de vida.

Una de las maneras de comprender la Argentina actual es analizando sus crisis recurrentes. En 1982, mientras avanzaba la crisis económica y social, se fortalecieron las movilizaciones sindicales.

Después de la derrota de Malvinas se agudizaron las crisis económica y política. En 1989, cabalgando una hiperinflación, el presidente Alfonsín adelantó las elecciones y su partido fue derrotado por el justicialista Menem.

Se pusieron de moda los saqueos que fueron los principales protagonistas en la crisis de 2001, cuando el desempleo aumentó. A partir de entonces, por el 2003, nacieron los movimientos piqueteros cortando rutas en demanda de alimentos.

Se puso de moda el Club del Trueque; muchos fuimos los que formamos parte de él. Crecieron los comedores populares que siguieron prosperando hasta hoy, alcanzando los 34.782 en todo el país.

La más preocupante, para mí, es la crisis cultural porque si no hay cultura, respeto y una BUENA EDUCACIÓN, nunca saldremos de ninguna crisis

Argentina, a partir del siglo XX, ha vivido en “crisis” permanentes. En ciertos contextos se producen crisis de confianza (o des) en lo económico, en lo político y crisis cultural.

El término “crisis” debemos reconocer que es parte de la disputa política y siempre adjudicada al antecesor del gobierno de turno.

Para que no se padezcan las crisis crónicas deberían tener principio y fin, pero, parece que en Argentina esa regla no funciona, vivimos en crisis permanentes y hasta lo tomamos como una forma (lamentable) de vida.

La más preocupante, para mí, es la crisis cultural porque si no hay cultura, respeto y una BUENA EDUCACIÓN, nunca saldremos de ninguna crisis y nuestro poder de resiliencia estará constantemente poniéndonos a prueba.

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