La historia de «El Chúcaro», el gran bailarín

«Santiago Ayala no bailaba. Nacía y moría en la danza» (Horacio Guarany)

Escribe: Leonardo Diego Muñoz

Don Santiago Ayala

Santiago Ayala, “El Chúcaro”, nació el 6 de octubre de 1918 en el cordobés barrio de San Vicente. Hasta los 17 años fue alambrador en Capilla de los Remedios.

Aprendió a leer a los 12 años convirtiéndose en un gran lector. “Para ser un buen bailarín, un buen coreógrafo, hay que leer mucho” decía “El Chúcaro”. En su casona de Olivos dejó una biblioteca de 3000 libros.

Desde los años 40 procuró la creación del Ballet Folklórico Nacional, aprobado durante la presidencia de Alfonsín, lo vio debutar en 1990 y lo dirigió hasta morir. Diseñó unas ciento sesenta obras coreográficas, 30 son repertorio actual del Ballet. Bailó hasta los 70 años.

El gran bailarín

Contaba que trabajaba “los sábados y domingos en un teatro chiquito que estaba en el Jardín Zoológico de Córdoba. Se llamaba El Gran Guignol…”.

En 1937 se radicó en Buenos Aires. Bailaba habitualmente en peñas, donde además dibujaba con singular maestría caricaturas. Creó la Compañía de Arte Folklórico, luego llamado Ballet Folklórico Argentino y posteriormente Ballet Popular Argentino.

Estudiaba profundamente para crear sus obras, con argumentos históricos, geográficos, de leyendas y mitos. Podía llevar al escenario malambo con boleadoras, facón o lanza, una tormenta, el billar, el trabajo del alambrador, el tren, los personajes de Molina Campos, con una interminable capacidad creativa.

La inolvidable versión de Horacio Guarany.

Y es que le sobra guitarra, la Viola a su lado es un canto inmortal

En 1953 formará el dúo artístico que haría bisagra en el baile folklórico nacional con la bailarina clásica Norma Viola. De formación y personalidad sólida, ella se convirtió en la pareja perfecta para la danza y la creación, un “matrimonio” artístico insuperable.

Dueña de esas cualidades se convirtió en la compañera perfecta para Ayala, desde ese momento y hasta la muerte del bailarín. Norma nunca ocultó su admiración por él, dijo en un reportaje. “Estoy convencida de que amé más a Santiago Ayala en la amistad que tuvimos que a mi exmarido”. El Chúcaro tuvo amoríos con sus bailarinas. “Con todas, menos conmigo”, cerraba Norma.

Ayala diseñó unas ciento sesenta obras coreográficas.

Día de los Bailarines Folklóricos

El 13 de septiembre de 1994 fallecía “El Chúcaro” (Norma Viola en 2004), y en su honor se declaró ese día el de los Bailarines Folklóricos. Sus cenizas descansan en Cerro Colorado, Córdoba, junto a las de su gran amigo Atahualpa Yupanqui.

  •  “Del Chúcaro” (Horacio Guarany)

Despunta la madrugada
se va la vida con él
el bailarín de la noche,
Don Santiago Ayala
el gran bailarín.

Lleva en el alma una zamba
duerme un malambo con él
y con una chacarera
se besa en el alba
no tiene mujer.

Será que el Chúcaro siempre
fue siempre chúcaro y gris
que no le duran mujeres
las gasta en el baile
hasta hacerlas morir,
que no le duran mujeres
las gasta en el baile
el gran bailarín.

Salieron de sus mudanzas
claveles, rosas, jazmín
que hoy volarán por el mundo
llevando el recuerdo del gran bailarín.

No se sabe si ha cantado
pero le gusta cantar
y es que le sobra guitarra
la Viola a su lado
es un canto inmortal.

En 2018 se conmemoró el centenario del natalicio del Chúcaro.

Fuentes consultadas: artículos de La Voz del Interior, Infobae, Clarín.

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