Martín Gill se encamina hacia una nueva licencia por otros seis meses

Este jueves 17 de junio ingresó al Concejo Deliberante el pedido formal de Martín Gill por un nuevo periodo de licencia como intendente de Villa María. Se trata de la cuarta solicitud con la finalidad de continuar su desempeño en la Secretaría de Obras Públicas de la Nación.

En un texto de cuatro hojas dirigido a Carlos De Falco en calidad de vicepresidente a cargo de la presidencia del cuerpo legislativo, Gill desarrolló una serie de fundamentos tendientes a avalar su pedido.

Uno de estos, giró en torno a la obra pública desarrollada en diferentes puntos del país y la concreción de «la obra más importante en la historia de la ciudad como lo es la avenida circunvalación de la ruta 158».

A la espera

Un nuevo pedido de prórroga de la licencia había sido anticipado por su reemplazante en el sillón municipal Pablo Rosso.

En tanto, desde el accastellismo, se había anticipado que «Gill retornaría a la ciudad el 28 de junio», alegando información obtenida del propio Ministerio donde se desempeña el intendente en uso de licencia.

Así lo había señalado Verónica Navarro Alegre, presidenta del espacio político Somos, que tiene como principal referente al exintendente y actual ministro de Industria y Comercio de la provincia, Eduardo Accastello.

Más allá de la intencionalidad que podría haber tenido una declaración de ese tipo, el oficialismo debe contar con los votos de dos concejales que responden a Accastello.

Se trata de Juan Carlos Cladera y Daniel López, que conforman un bloque escindido desde hace meses, pero que hasta el momento han acompañado siempre las solicitudes de licencia con la mano levantada.

Navarro Alegre no adelantó nada respecto de la posición que adoptarán en el recinto la próxima semana cuando se vote la extensión de la licencia.

Tensa espera

Sin dudas, se trata de un momento intenso en el marco de las disputas internas que aparecen en el seno del peronismo villamariense, con Accastello cerca de Juan Schiaretti y Gill como uno de los alfiles del presidente en la provincia de Córdoba.

El voto de la oposición se prevé negativo, en función de las decisiones adoptadas en las sesiones anteriores y tomando como referencia las críticas constantes desarrolladas ante los medios y en el propio cuerpo.

Las negociaciones estarán a la orden del día, aunque son muy pocos quienes se animan a sostener con seguridad que los ediles accastellistas tomarán una salida diferente a las votaciones previas.

De esta forma, aunque no sin algunos obstáculos en el medio, todo pareciera encaminarse hacia un nuevo periodo de Gill al frente de la cartera de Obras Públicas, en calidad de segundo del ministro Gabriel Katopodis, pero en un puesto que le otorga una gran vidriera en la provincia y en el resto del país.

Precisamente, el desembarco de obras para la ciudad y la región es uno de los argumentos recurrentes sostenido por el gobierno municipal villamariense y otros funcionarios de la zona que apoyan la labor de Gill en Buenos Aires.

Quizás estén en lo cierto los funcionarios y dirigentes del riñón oficialista, quienes aseguran que el actual secretario de Obras Públicas del gobierno de Alberto Fernández no retornará más a la ciudad de ser posible. Y que tiene la mirada puesta en un objetivo más grande.

Siempre con el alegato de estar haciendo lo mejor para la ciudad que lo vio nacer, crecer y que, de alguna manera, gobierna.

En política, se sabe, todo es posible.

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