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[Capítulo Final] Fraude, elecciones y un conflicto político que tuvo como protagonistas a personalidades de Villa María
Las elecciones municipales de Villa María en septiembre de 1910 estuvieron marcadas por la sospecha de fraude. El conflicto político y periodístico villamariense escaló hasta el gobierno provincial y provocó decisiones que multiplicaron sus efectos e interesaron a los diarios porteños. Bienvenidos a la cuarta y última parte.
Escribe: Dr. Adrián Romero
El 18 de octubre de 1910, el gobernador Félix T. Garzón regresó a Córdoba proveniente de Buenos Aires. El diario Los Principios señaló que ya al llegar a la estación de trenes, en su domicilio y hasta en el despacho de gobierno Garzón fue entornado por hombres del partido que le pedían la restitución de José del Viso al gabinete.
La prensa opositora, La Voz del Interior y Los Principios, acentuaba la tensión entre el gobernador Garzón y el vicegobernador Vidal Peña publicando el dato de que no se habían reunido ni conversado, solo compartieron el momento protocolar de transmisión del mando.
Ya ejerciendo Garzón el gobierno comenzó a corregirse la anomalía para encauzar el rumbo político que desde Villa María se había desviado con la sospecha de fraude en la elección municipal del 25 de septiembre de 1910, la movilización rechazando el resultado victorioso del oficialismo y, particularmente, con la detención del periodista Ramiro Alfaro el 2 de octubre de 1910.
Justicia rápida, ¿es justicia?
La justicia de la provincia de Córdoba recibió al gobernador Garzón con una buena noticia: el juez Lavisse emitió su sentencia sobre el encarcelamiento del periodista Ramiro Alfaro.
En la edición del 19 de octubre, La Voz del Interior interpreta que “íntimamente ha debido halagarle esta sugestiva celeridad de la justicia en la provincia de su mando y seguramente esperaba que así sucedería. ¡Justicia pronta y barata…ya la tenemos!”.
Por su parte, el diario Justicia se burlaba: “Los dos diarios de la mañana que responden al cónclave han aparecido hoy lo más mansitos. Parece que se les hubiera acabado el entusiasmo”.
Esa sentencia de la justicia, en la parte resolutiva, decía lo siguiente:
“Se desestima la denuncia formulada contra el jefe político del departamento 3º Abajo don Bruno Ceballos y contra el comisario Guillermo Lynch por suponérseles autores del delito de abuso de autoridad. Archívese si no fuera apelada.”
Los fundamentos de la sentencia
Dice en los fundamentos que hubo un error en el cómputo de los días en que Ramiro Alfaro fue puesto a disposición del Juez. El sumario se basaba en la fecha del juzgado, el 4 de octubre de 1910, mientras que el juez tomó como válido un recibo extendido por la Jefatura Política fechado el 3 de octubre.
En relación a la condena aplicada a Alfaro de 25 días de arresto, cuando a lo máximo podía ser de 12 días, en caso de ser cierta la imputación del delito, el argumento del juez Lavisse fue que Alfaro debió apelar ante el juez de paz o letrado, pero se limitó a reclamar al Poder Ejecutivo “Quedando en consecuencia consentida la resolución policial”.
Sobre esto La Voz del Interior del 19 de octubre interpreta con ironía que entonces “puede un jefe político condenar a muerte y si el condenado “no apela” se le fusila y… muerto nomás queda”.
Otro punto controversial de los fundamentos es el que señala que no había enemistad manifiesta entre Bruno Ceballos y Ramiro Alfaro. Se pregunta La Voz del Interior: “¿Cómo habrá hecho para averiguarlo el señor juez en tan corto tiempo? Si embargo es público y notorio todo lo contrario de lo que no surge para el señor juez”.
Y finalmente el juez no quiso estudiar el tema si Alfaro portó o no portó armas. Sobre ello, el dictamen del Fiscal Loza había advertido que los testimonios no permitían asegurar que efectivamente Alfaro hubiera llevado un revolver ese domingo 2 de octubre a las 18 hs. Quien afirmaba que sí era el subcomisario Canelo, ya sumariado por haber amenazado e insultado a Alfaro.
Una curiosidad que revela el dictamen es el antecedente de que Alfaro ya había sido multado por llevar armas tres meses antes de este episodio. Se lee que: “Por la declaración del señor Alfaro consta que el 19 de julio pasado, se le secuestró el revólver que llevaba y pagó la multa de $25 que se le impuso. En síntesis, el dictamen encuentra probada la incomunicación de Alfaro y no hay plena certeza de que hubiera o no hubiera portado arma. También queda demostrado que el Jefe Político Bruno Ceballos impuso una pena de más del doble a la autorizada por ley”.
Antigua enemistad entre los periodistas Ramiro Alfaro y Bruno Ceballos
Lo cierto es que la enemistad de Ramiro Alfaro y Bruno Ceballos databa de por lo menos 3 años antes, cuando Alfaro publicaba en Tercero Abajo críticas a Bruno Ceballos y subrayaba su condición de expulsado de la Defensa Agrícola, repartición en que también Alfaro se había desempeñado.
Además, Ramiro Alfaro también había sido detenido el 29 de julio de 1910 por la policía de Ceballos acusado de portar un revólver. El País precisa que en aquella ocasión Alfaro pagó 25 pesos nacionales de multa temiendo que lo mataran, según publicó un corresponsal viajero, que firma como L. Hidalgo.
La vuelta a la normalidad
Para alivio del gobernador Garzón, la sentencia de la justicia le dio legitimidad a su decisión. Finalmente, con decretos del 22 de octubre el gobernador restituyó en su cargo de ministro de gobierno a José del Viso y aceptó la renuncia del Fiscal de Gobierno, Eufrasio Loza, el mismo que había elaborado un dictamen confirmando el abuso de autoridad de Bruno Ceballos y el comisario Guillermo Lynch contra Ramiro Alfaro.
No tuvieron la misma suerte las autoridades expulsadas de Villa María. Joaquín Pereyra, el mismo que integró la lista de concejales del oficialista Manuel Reyno y fue designado Jefe Político interino, permaneció en el cargo hasta 1911. Y si bien el conflicto se resolvió en lo judicial, Bruno Ceballos no recuperó su cargo en el Departamento Tercero Abajo. Fue electo concejal en marzo de 1913.
El gobierno municipal supuestamente fraudulento sobrevivió al intento de incendio del palacio municipal en la madrugada del 31 de octubre de 1910. El intendente Manuel Reyno, en marzo de 1913, tomó licencia en el cargo para viajar a Europa y tratarse una enfermedad.
Mirá la tercera parte:
Fuentes
Los hechos que componen esta historia fueron registrados del periódico Tercero Abajo, ediciones correspondientes a 1907 y 1908, los diarios cordobeses Los Principios, La Voz del Interior y Justicia, y los diarios porteños La Prensa, La Nación y El País en el período Julio a diciembre de 1910. El material consultado y publicado pertenece al Archivo Histórico Municipal de Villa María y a las hemerotecas de la Biblioteca Mayor de la U.N.C. y de la Legislatura de Córdoba.
Bibliografía
- Calvo, Bernardino (1989). “Historia de Villa María y sus barrios”. Edición Municipalidad de Villa María.
- Cárcano, Ramón (1944) “Mis primeros 80 años”. Editorial Sudamericana
- De Goycoechea, Enrique. (2022). “Armas, prensa y política en la Córdoba de los ochenta”. Revista de Historia Americana y Argentina.
- Moyano Javier (2024) “Dirigentes conservadores, comicios competitivos y realineamientos partidarios (Córdoba, 1912)”. Revista Páginas
- Ortiz Esteban Rafael (1992) “Los conservadores de Córdoba y el poder”. Edición del autor
- Pedernera, José (1970) “Historia de Villa María”. Edición del Instituto de Investigaciones Históricas.