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[Desde Adentro] Miguel Andreis: “El periodismo no es una vidriera, es un taller: Los que piensen que van a vivir de esto, que busquen otra profesión”
Miguel Andreis (70), periodista y locutor. Padre de Nadia (44) Andrés (41), abuelo de Rosario (10), Lupe (5) y dos nietos del corazón, Simón y Emilia. De joven quiso ser especialista en perros, pero con el tiempo declinó sus intenciones ya que esa carrera no era su fuerte. Lleva más de 50 años ejerciendo una profesión a la que ha abrazado con su vida entera. La entrevista pendiente en su vida sería con Graciela Fernández Meijide.
Entrevista: Carolina Durand
¿En qué barrio están sus recuerdos adolescentes?
Hasta los 5 años, viví en barrio Centro junto a mis cuatro hermanos. Mi papá, Magiadino, trabajaba de maestranza en Obras Sanitaras, y mi madre, Adelina, era ama de casa. Después nos fuimos a barrio Güemes, crecí entre Huracán y el Club Central Argentino.
Mi adolescencia me encontró trabajando. Empecé a estudiar periodismo los 16 años, en el Diario Columna, después en Noticias y, antes de fundar El Semanario El Regional, estuve muchos años en El Diario del Centro del País. También, estudié locución en Córdoba.
Si tuviera enfrente granos de café molido, ¿qué recuerdo viene a su mente?
Lo asocio con Bonafide en Villa María, sobre calle San Martín hace 60 años atrás. Cuando mi papá cobraba el sueldo, mi mamá era quien lo administraba y pagaba las cuentas. Una vez al mes, me llevaba allí y eso significaba, poder acceder a lo que no se accedía todos los días.
Nunca nos faltó un plato de comida, pero, sobraban las sábanas remendadas. En el barrio, fuimos los últimos en tener televisor y heladera eléctrica.
Para mis gastos, como ir al cine, empecé a trabajar a los 8 años, en una herrería en la que hacíamos trabajos para sulky, de Rafael Bonoris. Después en una cerrajería la de Aldo Chiodi. Trabajaba y estudiaba, eso me enseñaron mis padres. Cursé la primaria en el José Mármol, en la Escuela del Trabajo, en el Agustín Álvarez y la secundaria la terminé en la Escuela Superior de Comercio.
¿Hace ejercicio?
Juego al fútbol, voy al gimnasio y siempre después de escribir necesito salir a caminar, me despeja. Recorro un promedio de 7 km por día. También me gusta recorrer los barrios más alejados. La ciudad la conozco, porque la he caminado siempre.
¿Qué tuvo primero, intenciones de ser escritor o periodista?
El periodismo siempre me apasionó. Mi primer grabador era un Geloso, muy indiscreto, enorme, pesado. Me lo regaló Miguelito Donoso, un obrero del lápiz, levantaba quiniela clandestina y un día apareció con ese aparato enorme y junto a su esposa me lo regalaron.
Con ese grabador hice mi primera nota en Ballesteros, me acompañó Livio Magnesio y lo acarreamos hasta allá, grabar, desgrabar, conseguir la foto, corregir a máquina, era un trabajo artesanal el que había que hacer.
¿Está trabajando en algún nuevo libro?
Tengo mucho material escrito, pero, las librerías están desapareciendo físicamente y no sé si, publicarlos o digitalizarlos. El primero que escribí fueron unas antologías con la SADE, después llegaron libros de humor, escribí narrativas de humor verídicas recopiladas durante 12 años para una editorial española – uruguaya, narrativas sobre la dictadura y los presos y, uno de los últimos que presenté fue “Extraños amores”, son más de 200 cuentos de historias reales, locales. Son cuatro fascículos, saqué uno y hay tres que están terminados, me falta definir cómo publicarlos.
¿Cómo hace para mantener una memoria tan fresca?
Sigo leyendo, escribiendo e investigando. Eso mantiene mi mente activa todo el tiempo. Actualmente, estoy trabajando en una investigación que es uno de los mayores desafíos, acerca del primer llamado telefónico en el mundo, el cual habría sido en Villa María. Siempre, la investigación, el chequeo de la información y de las fuentes, es primero.
Hay que tener vocación. La universidad te da herramientas, pero, hay que tener condiciones y vocación para ejercer esta profesión.
¿Cuáles son las postales argentinas que le causan tristeza?
Me causa tristeza la desaprensión del poder, cómo le ha quitado dignidad a la gente, la falta de lealtad, la ruptura de la credibilidad, la perdida de las ideologías, la miseria de los políticos. Soy defensor de la actividad política, pero quienes la ejercen dejan mucho que desear y, me preocupa mucho la violencia que envuelve el presente.
Si tuviera la posibilidad, los medios y los recursos, ¿se iría a vivir a otro país?
He tenido la posibilidad, pero no. No me iría de mi país. Además, para cambiar de lugar hay edades, y llegás a una instancia de la vida en la cual ya no podés mudarte porque te invade la nostalgia, las sensaciones, que hay que aprender a administrarlas. Hay que dosificar la alegría, la felicidad, la ansiedad, la decepción y también, la tristeza.
¿Cuál considera que es el acontecimiento histórico político que dio origen a la decadencia política que dejó en la actualidad, medio país en la pobreza?
El gobierno del Kirchnerismo. Néstor Kirchner tuvo un buen gobierno con vientos favorables del proceso pos 2001. Lograron una irrupción de forma transversal de lo ideológico en el peronismo, porque los que tienen memoria saben que ellos, no cantaban la marcha peronista.
Por su parte, Cristina colaboró para la degradación de la política argentina, absorbieron la izquierda, la que no supo mantener su preeminencia.
¿Analiza los discursos de la vicepresidenta?
Sí, permanentemente. Tiene una gran empatía con el sector de la sociedad que prefirió el relato a la historia real. Tomó sectores sensibles como lo son Derechos Humanos y los jóvenes. Ha deconstruido el país. Amenaza al sistema constitucional, ha cooptado al sistema jurídico y se escuda en el “O somos nosotros, o no es nadie”.
¿La independencia de poderes es letra muerta?
Hace rato que es más el anhelo de lograrla que un hecho concreto. Pocas veces aparecen fiscales con valentía para enfrentar el poder.
¿Qué notas periodísticas lo marcaron en su profesión?
Tengo muchísimas notas hechas, la Triple Frontera fue muy compleja. Radicarme en el Amazonas para escribir sobre cómo viven los indígenas autóctonos, la vida en la selva, fue una experiencia maravillosa.
Entre tantas notas políticas, policiales, deportivas, crónicas, hubo una que me marcó dejando una enseñanza inmensa, fue con Sergio Denis.
Una vez, hablo con el representante, su hermano y me dijo que me podía dar 15 minutos a la siesta, en el Hotel República, esa noche tenía show. Empezamos a charlar y la entrevista de pronto dejó de ser entrevista y pasó a ser una charla entre amigos, recordando viejas historias.
De todo, me llamó la atención cómo hablaba de su abuelo. Lo describía como un hombre trabajador, de manos grandes, que, de niño, lo llevaba en su pequeña chata, con los tarros de leche y Sergio, iba entre sus piernas porque no había mucho espacio y para atajarse del frío y, desde abajo veía las manos de su abuelo y sentía que “hablaban, las veía latir”.
Se hicieron las 4 de la tarde y seguíamos charlando. Me contó sus historias de vivir en el campo, ya no había grabador. A las seis, había muchas mujeres fuera del hotel esperándolo para sacarse una foto.
Desde adentro, donde seguíamos nuestra entretenida conversación, en un momento determinado me dice: “¿Ves esas chicas?, están todas esperándome; sin embargo, la mujer que yo amo no me atiende el teléfono” (la madre de sus hijos), y empezó a llorar.
En ese momento me di cuenta sobre la valorización de la vida, de las carencias, de los anhelos… él podía tener todo lo que quería y lloraba porque su mujer, no le atendía el teléfono.
Nos quedamos hasta las 8 de la noche hablando. El titular de esa nota fue “Las manos de mi abuelo” y el dibujo ilustrativo de Nino Menardi (dibujante que fue furor en Venezuela con sus trabajos y éramos íntimos amigos, ilustraba mis notas). A los años me entero, que esa nota, la tenía colgada en la pared de su pieza. Además, hizo una canción, se llama “tiempo de trilla” donde habla de las manos de su abuelo.
Otra de mis notas más valoradas fue salir a caminar a las 8 de la mañana por Villa María con China Zorrilla, contándome las historias de la segunda guerra mundial, cuando ella vivía en Inglaterra.
La vida me regaló la posibilidad de trabajar de periodista y, soy un agradecido. Es tanto el material intelectual que pude absorber, las historias que pude atesorar y lo que he aprendido, que no podría ponerlo todo en palabras a pesar de ser escritor.
¿Y políticas / judiciales?
La investigación más comprometida que llevé a cabo fue denunciar la Ruta del dinero K, me presenté con (el fiscal) Stornelli en Comodoro Py.
Me contacta alguien de Córdoba y me pregunta si yo había denunciado el robo de la pólvora en Villa María en el 2016 en el orden periodístico de la investigación. Esta persona, muy conocida y querida en la provincia, me preguntó si me animaba a hablar con “X” fuente que tenía la información por donde había salido parte del dinero (de la Ruta K).
En esa investigación, me ayudó una chica (que no quiero comprometer por eso prefiero no decir su nombre) en el armado, el entramado, los personajes, la ruta de uno de los barcos que fue hacia Angola con los contenedores y de ahí se dirigió a Luanda.
La información llega de una fuente que estuvo presa mucho tiempo y que había formado parte de ese viaje. Después se pelean, por cuestiones económicas y ahí decide hablar y se arma la investigación.
Me acompañaron a Comodoro Py periodistas muy conocidos de Buenos Aires a dejar la carpeta con todo lo investigado. Fue una etapa con muchos intereses en juego de los cuales, también estaban unos de cercanías a Villa María.
¿Se puede ser periodista y militante político?
No. Cuando milité en el Partido Intransigente, dejé de escribir un tiempo. Cuando asume Menem, en los 90, me alejé del partido. Somos sujetos y somos subjetivos. Es tan difícil encontrar una madre que sea objetiva sobre sus hijos, como escribir objetivamente cuando tenés una concepción política arraigada.
Hoy no me identifico con ninguna ideología pura. Tengo mucha desazón política.
¿Qué opina de la candidatura de Massa avalada por Cristina Kirchner?
Son unos payasos todos. El daño que le están haciendo a las nuevas generaciones, es terrible. El último gran líder fue Alfonsín, a quien le tocó lidiar con un periodo de transición posdictadura y muchos no lo entendieron. Después apareció Néstor Kirchner a quien no lo conocía nadie y Duhalde, fue el responsable de eso. Algún día vamos a saber qué fue lo que pasó.
¿Perón fue un estadista?
Sí. No fue santo de mi devoción, pero sí lo fue.
¿Cómo inició su amistad con Edgardo Munch?
Hace más de 40 años. Lo conocí en Radio Río. Después, ingresé a radio Centro, cuando se instaló en calle Buenos Aires, a media cuadra de la plaza. Tuvimos muchas peleas, yo desde El Diario, donde escribía en aquel entonces y él, estando en la radio.
Durante años, al terminar los programas radiales, nos íbamos a tomar un gin tonic, discutíamos por todo y al otro día, ni nos acordábamos por qué eran las discusiones. Edgardo, tenía una voz increíble, un timbre y una coloratura incomparable, era un apasionado.
Siempre hice programas políticos y en parte, la política te obliga a formarte, a estudiar, leer, saber.
¿A quién le gustaría entrevistar?
Me hubiese gustado entrevistar a uno de los personajes más nefastos de la historia argentina, Emilio Massera. Y por gusto propio, me gustaría sentarme a charlar, tomar mates y escuchar a Graciela Fernández Meijide, es una referente de respeto absoluto.
Perdió un hijo, como tantas madres y, sin embargo, no tiene hambre de venganza, tiene necesidad de justicia. Es un emblema de la libertad y el compromiso sin apelar a la mentira. Tengo un enorme respeto por ella. Creo que no está reconocida como se merece.
Es hincha de River y Talleres. En una final, ¿dónde pone su corazón?
Siempre fui de River, desde chico, pero, Talleres es parte de mí. Soy socio desde hace años. Voy a la cancha y, creo, es uno de los pocos lugares en el que mi hijo, Andrés, me abraza con un sentimiento difícil de explicar con palabras.
¿Qué es lo que más le gusta del ritual de ir a la cancha?
Todo. Buscar dos horas estacionamiento, los cánticos, comprar un chori cuando termina el partido, y algo mágico que sucede en ese lugar es que, la cancha iguala, putea el director de una de las escuelas más importantes de Córdoba como el obrero de la construcción. Ahí somos todos iguales, bajo el mismo sentimiento, la misma alegría y la misma decepción.
¿Qué es lo primero que observa de una mujer?
Los ojos, me llaman mucho la atención. Los gestos. Las mujeres son totalmente diferentes a los hombres. Ni mejor, ni peor, diferentes. La fuerza de una mujer para llevar adelante un proyecto y defender lo que quiere, pocos hombres lo han conseguido.
¿Tiene fobias o miedos?
Fobias no. Miedo, puedo decir al futuro, pero, no por mí, sino por mis hijos y mis nietos.
Algún recuerdo de sus abuelos
No los conocí. Mis cuatro abuelos fueron piamonteses, pero no pude conocerlos. Me hubiera gustado, sobre todo a mi abuelo materno que fue socialista. Mi madre me contaba historias sobre él. Mi padre era muy reservado, tuvo 22 hermanos y mi madre 14. A muchos tíos nunca los conocí.
¿Colecciona o coleccionó algo de niño?
No, no tengo paciencia para coleccionar algo y nunca me llamó la atención. Lo que sí tengo, es una vieja costumbre de comprar relojes, usarlos 6 o 7 meses y regalarlos. Nunca supe por qué.
Una vez, un hombre me preguntó la hora en calle, me saco el que tenía puesto y le digo, “tome, mire la hora usted”. El señor, me miró de reojo y me dijo, “No le pedí el reloj, solo la hora”. Se lo regalé y cuando me preguntó “¿Por qué hace esto?”, no supe qué contestarle. Es una vieja costumbre.
¿Qué es lo último que hace antes de dormir?
Ver una película que tenga que ver con historias o libros muy bien logrados.
¿Cómo ve Córdoba en los próximos 4 años con Llaryora como gobernador?
Creo que la provincia no va a ser la excepción de lo que pase en el país. Argentina se está convirtiendo en un narcoestado y, tengo la sensación de que los políticos son cómplices para que ello ocurra.
¿Cuál sería la mejor opción para los villamarienses en las próximas elecciones?
Que termine el manato de Martín Gill, el peor mandatario que ha tenido la ciudad, el hombre con mayor impunidad y, creo, que alguna vez la justicia debería investigar lo que ha ocurrido en el gobierno los últimos 8 años.
Ha llegado mucha plata a la ciudad y la inversión no se ve. Juegan a la política por encima de las prioridades de la gente.
Un consejo a futuros periodistas…
Si creen que van a vivir del periodismo que busquen otra profesión. El reconocimiento viene con los años, el esfuerzo y el trabajo constante.
Hay que tener “hambre de información”, leer, estudiar e investigar mucho. Nadie es buen escritor o periodista, si no lee. Muchos piensen que el periodismo es una vidriera y en realidad es un taller, donde tenés que engrasarte las manos con la máquina, escribiendo. El escritor, Roberto Arlt, dijo, “El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo’. El secreto está en esforzarse.
Después tenés a quienes suponen los hechos, no los investigan, no tiene criterio de análisis y suponen que las cosas son como creen que son, sin elementos probatorios.