El Ministerio de Salud de la Provincia firmó un convenio...
La Municipalidad de Villa María informa que, en el marco...
Grupos operativos de la Fuerza Policial Antinarcotráfico efectuaron intensos controles...
La Municipalidad de Villa María informa que se llevará a...
Villa María Deporte y Turismo SEM informa que Dale Q’...
La Municipalidad de Villa María informa que este fin de...
El café, el «oro negro» que «se hizo la América» y es una de las bebidas más consumidas en el mundo
Nada como un buen café. Solo, con compañía y en cualquier momento del día.
Este elixir oscuro es una de las bebidas más consumidas en el planeta. Es testigo silencioso de miles de encuentros cotidianos, desde los más simples hasta los que definen el futuro de millones de personas.
Originario de Etiopía, el cafeto es la planta que da granos de café. Aunque en realidad no son granos, sino semillas de fruta. Con el tiempo, sería introducido en Arabia y luego al resto del mundo.
Cuenta una de las tantas historias tejidas alrededor de sus granos que despiertan múltiples sensaciones, que la llegada de la primera planta de café a nuestro continente ocurrió luego de varios episodios de lucha y sacrificio de un oficial de la marina francesa.
Gabriel Mathieu de Clieu estaba de servicio en la Martinica y en 1720 viajó a París con permiso. Con algo de ayuda y encanto personal adquirió un cafeto que llevó consigo en el viaje de regreso.
Aseguran que la plantita fue instalada en una caja de cristal y dejado en cubierta para mantenerlo caliente y que no lo afectara el agua salada.
Un viaje agitado
El viaje, como no podía ser de otra manera en este tipo de historias, estuvo lleno de incidentes. O, al menos, eso registró el marino en su diario. Le pasó de todo, pero el cafeto sobrevivió.
Piratas tunecinos persiguieron el buque, hubo una fuerte tormenta y el cafeto tuvo que ser amarrado.
Un enemigo a bordo que tenía envidia, trató de sabotear el arbusto, pero el francés lo evitó: hubo una pelea violenta en la que una de sus ramas se quebró, pero la planta sobrevivió. Por suerte.
Por si fuera poco, el barco quedó inmóvil por falta de viento y se racionó el agua potable. El amor por ese “arbolito” pudo más y la mayor parte de la parte del agua que le correspondía iba destinado a él.
Ambos sobrevivieron y el cafeto fue trasplantado en un lugar de la isla, donde lo habrían cercado con espinas y cuidado algunos esclavos.
El cafeto creció, se multiplicó, y en 1726 se hizo la primera cosecha. Está registrado, aseguran algunas fuentes, que en 1777 había entre 18 y 19 millones de cafetos en la Martinica.
El café “se hizo la América” en algún sentido y hoy es cultivado en grandes extensiones. Brasil es el primer productor a nivel mundial y Colombia también se ubica en el podio. Distintos puntos de Centroamérica también aportan lo suyo para que este grano que no es un grano en verdad nos siga deleitando de mil maneras diferentes y nos convoque a una charla, una mirada, un encuentro.
¿Qué más se puede pedir?
El “café pendiente” solidario
Una de las tantas curiosidades relacionadas con el universo cafetero se relaciona con una práctica solidaria que se ha extendido en diversas partes del mundo. Incluso en nuestro país. Seguro en tu ciudad o pueblo sentiste hablar del “café pendiente”. Incluso, seguro, lo llevan adelante en algún que otro comercio.
Cuentan que la tradición comenzó en la ciudad italiana de Nápoles hace varias décadas. Con el tiempo, comenzó a hacerse realidad en otros sitios.
La idea consiste en pagar un café para un futuro cliente. Aquellos que no pueden pagarse una taza de la bebida pueden dirigirse a los sitios donde se permite este ritual y disfrutar un café costeado por una persona desconocida.
Pero, infinitamente solidaria.