Fraude, elecciones y un conflicto político que tuvo como protagonistas a personalidades de Villa María [Capítulo 2]

Las elecciones municipales de Villa María en septiembre de 1910 estuvieron marcadas por la sospecha de fraude. El conflicto político y periodístico villamariense escaló hasta el gobierno provincial y provocó decisiones que multiplicaron sus efectos e interesaron a los diarios porteños. Bienvenidos a la segunda parte.

Escribe: Dr. Adrián Romero

La movilización de la resistencia a lo que se presentaba como un fraude electoral tuvo una promoción desde la prensa de Villa María. En 1910 ya existía con algún grado de predicamento el periódico El Heraldo, fundado en 1906 y dirigido por el poeta radical Emilio Pellegrini.

Pellegrini era orador frecuente en las reuniones en las que se debatían las formar de revertir la situación. En uno de esos encuentros dijo: “Protesto contra las elecciones del domingo escandalosamente fraudulentas, consumadas por un diputado provincial, secundado jesuíticamente por el jefe político del departamento. Y acuso ante el tribunal de la Opinión Pública a ese diputado y a ese jefe político y a todos los ciudadanos sin pundonor y sin conciencia que han favorecido o apañado el fraude… Doctor Ceballos, habéis engañado al pueblo y el pueblo os condena”.

Otro periodista con trayectoria en Villa María, Fernando Correa, había integrado la lista opositora y participaba en la organización de la protesta. La prensa del momento recuperó su intervención en una de esas reuniones: “cuando un jefe obra según su voluntad sin que nadie pueda restringir ni limitar sus caprichos convertidos en órdenes, ese es el caso en el que se ha colocado el que poco antes se llamó nuestro diputado.”

Existía por entonces en Villa María otro periódico que arengaba por la movilización de resistencia al fraude. Se trataba de Tercero Abajo, fundado y dirigido en 1907 por Ramiro Alfaro, periodista, ciudadano español, con trayectoria en los periódicos cordobeses La Libertad y La Voz del Interior. Además, por esos años, se desempeñaba como corresponsal del vespertino porteño El País.

La detención del periodista Ramiro Alfaro

En el marco de la promoción de mitines y reparto de volantes convocando, el domingo 2 de octubre de 1910, a las 18 horas fue detenido e incomunicado el periodista Ramiro Alfaro. La detención fue realizada por la policía que obedecía a la autoridad del Jefe Político, y también periodista, Bruno Ceballos.

Al encarcelamiento de un periodista crítico se sumaba la particularidad de que lo habían incomunicado más tiempo del permitido y también habían demorado notificar al juez, todas acciones que daban marco a un abuso de autoridad, una persecución política.

El propio Alfaro telegrafió a La Voz del Interior contando su versión de los hechos. El matutino cordobés la publicó el 4 de octubre: “cuando venía a casa, después de saludarlo en la estación a su paso para Córdoba, el comisario Lynch me detuvo en la calle. El comisario me pidió las armas que llevaba, pero no tenía ninguna. Estuve 4 horas incomunicado. Luego fui llamado por el jefe político quien me notificó que tenía 50 pesos de multa o 25 días de prisión. Creí volverme loco ante semejante impostura. Quedo detenido aún y pido venga el doctor Arca para defenderme. Ramiro Alfaro. Director de Tercero Abajo”.

La prensa de Córdoba tomó partido en el conflicto villamariense

Los diarios Los Principios, desde 1894, y La Voz del Interior, desde 1904, circulaban con orientaciones políticas diferentes. En ese caso van a coincidir en la pronta publicación de la noticia sobre el encarcelamiento del periodista Alfaro, en advertir la gravedad del hecho y en amonestar con comentarios críticos la actuación del jefe político Bruno Ceballos.

Las primeras noticias en estos diarios cordobeses son resultado de telegramas enviados desde Villa María a las redacciones. La versión acerca de que Ramiro Alfaro no portaba armas y que fue arbitrariamente detenido e incomunicado fue difundida a distintos medios y autoridades políticas por un aliado de Alfaro, el ex jefe político y hombre fuerte del Partido Autonomista Nacional en el departamento Tercero Abajo, José María Altamira. 

Una singularidad del diario católico Los Principios: sólo refiere la condición de periodista de Ramiro Alfaro en la primera noticia y las semanas siguientes en que informa y comenta sobre el conflicto en Villa María, lo considera como un vecino común. Es curioso porque Bruno Ceballos, cuando sea consultado por La Voz del Interior, también le negará la condición de periodista a Alfaro porque publicaba insultos y groserías.

Por su parte, La Voz del Interior, mostró a la detención como un hecho más dentro del desvío del rumbo que estaba adquiriendo el gobierno de Villa María a partir de unas conductas impropias de Bruno Ceballos, hombre al que lo sabían formado y civilizado.

También los grandes diarios porteños hablaron de Villa María

La Prensa, diario porteño fundado en 1869, calificó de “atentado a la prensa” la detención de Ramiro Alfaro, director de Tercero Abajo. También consideró como “atropello” la acción de la Jefatura Departamental a la vez que destacó el rechazo del vice gobernador Vidal Peña a los abusos.

Por su parte, La Nación, diario que con ese nombre y propiedad de Bartolomé Mitre comenzó a circular en 1870, tituló el 4 de octubre “Situación Anormal”. Y agregó: “Comunican desde Villa María que fue detenido Ramiro Alfaro, director de Tercero Abajo, con fútiles pretextos”.

El País, vespertino porteño del que Ramiro Alfaro era corresponsal tituló: “En Villa María. La prisión del corresponsal de “El País”. El texto siguiente precisaba: “Continúa detenido en Villa María por supuesta portación de armas y en realidad por el delito de haber atacado con altivez y valentía los atropellos de funcionarios, el periodista Alfaro”.

El diario Justicia presentó una versión diferente

En toda esta convergencia discursiva de la prensa, criticando la detención del periodista Ramiro Alfaro en Villa María y enmarcándola en una persecución política, queda afuera al diario cordobés Justicia.

Esta publicación dijo que Alfaro tenía suficiente temple como para enfrentar cualquier atropello. Además, que su defensor José María Altamira era un caudillo fracasado. Argumentaba que ambos propagaban un cuento, mostrándose víctimas, que nadie creía. El diario Justicia precisó que Alfaro y Altamira eran periodista y político rurales, que hacían bochinche para llamar la atención. Cerraba el panorama afirmando que la actuación del Jefe Político Bruno Ceballos había sido correcta y que Ramiro Alfaro estaba bien detenido.

El diario Justicia estaba vinculado ideológica y patrimonialmente con el ministro de gobierno, José del Viso, que desde Córdoba apoyaba a los Ceballos en el Departamento Tercero Abajo. El funcionario de la cartera política se negó a tomar medidas contra las autoridades de Villa María y desafió la autoridad del vicegobernador Vidal Peña, a cargo de la gobernación.  

La rivalidad entre Bruno Ceballos y Ramiro Alfaro se trasladó entonces a José del Viso y Manuel Vidal Peña. Pero a esa pelea la contamos en el capítulo N°3.  

  • Mirá la primera parte:

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