[Historias detrás del beso] ¿Te acordás del primero? ¿Y del último?

Cada 13 de abril se celebra el día mundial del beso. Ese día, pero de 2013, una pareja tailandesa alcanzó el récord de extender su ósculo durante 58 horas. ¿Te acordás de tu primer beso? ¿Y del último?

«A menudo, los labios más urgentes, no tienen prisa dos besos después» (Joaquín Sabina)

Escribe: Lic. Noelia Benedetto (*)

El beso tiene una potencia erótica invaluable, puede activar los frenos o los aceleradores de los encuentros/desencuentros sexuales, lo paradójico es que los besos apasionados, pueden ser lo primero que se enfríe en un vínculo… ¿Hace cuánto que no chapás?

Algunos argumentarán que es esperable ya que el cuerpo no está urgido de realizar los análisis neuroquímicos acerca del futuro con esa persona potencial.

Besarse tiene que ver con placer, goce, satisfacción, es una escena sexual en sí misma. Besarse por el placer mismo que implica esta práctica, sin más horizontes que ese.

En algunos lugares está prohibido que las personas se besen, o incluso, se abracen.

En Japón se considera vergonzoso besarse en público. En 2021, resonó la frase «todo beso es político» ya que absolvieron a Marian Gómez, que en 2017 fue detenida por darle un beso a su pareja Rocío en Constitución.

En 2019 la condenaron a un año de cárcel por resistencia a la autoridad y lesiones leves. «Revolución es que te pueda besar», posteó en sus redes el grupo de cumbia Sudor Marika.

¿Cuándo y a quién se le habrá ocurrido unir los labios como muestra de algún sentimiento?

En la cultura india hacia 1500 aC. Luego, quedó asentado en el Mahabhaárata, que contiene referencias de personas que juntan sus labios en señal de afecto y 1300 años después, el Kamasutra, donde se describe la divinidad natural del sexo, ya aparecen referencias al beso como práctica sensual.

En algunas tribus africanas consideran que besar en los labios es peligroso, pues se cree que el alma puede escapar por la boca. Hasta el 90% de las personas en el mundo acostumbran besar, sin embargo, la forma de hacerlo varía.

El dato curioso es que cuando se besa se ponen en movimiento al menos 34 músculos, circulan por la saliva 9 mg. de agua, 0,7 g. de albúmina, 0,18 g. de sustancias orgánicas, 0,711 mg. de materias grasas, 0,45 mg. de sales, además de bacterias y enzimas.

Aprovecho la oportunidad para visibilizar el potencial erótico y no sólo tierno del beso y sensaciones asociadas, que muchas veces quedan olvidados en un cajón en vínculos de larga data, o el estereotipo marca que es sólo potestad de personas jóvenes.

¿Cuántas veces escuchamos «mirá qué desubicados esos dos chapando, ya son grandes para dar espectáculos» o «yo nunca vi a mis viejos besarse»?

Hoy, después de dos años, se celebra sin protocolo Covid y demás agregados.

Un chapar fuerte…

[Sexualidad y salud] La adicción al sexo es puro cuento

(*) Psicóloga y sexóloga