[Historias] El mapa “maldito” de América del Sur que se convirtió en una joya de la cartografía

En 1764, el rey Carlos III de España solicitó al Marqués de Grimaldi que ordenara al geógrafo Juan de la Cruz Cano y Olmedilla, de unos 30 años de edad, hacer un mapa de Sudamérica, incluyendo a los territorios españoles, estableciendo claramente sus bienes con las posesiones controladas por Portugal. Pero, no todo resultó como esperaba.

Escribe: JULIO A. BENÍTEZ – benitezjulioalberto@gmail.com

Cruz Cano tuvo que invertir mucho esfuerzo durante los 10 años que demoró en terminarlo, mientras su capital se derrumbó por los inmensos gastos, recopilando datos, consultando testimonios de exploradores y colonizadores, verificando fuentes y después realizar el trazado cartográfico.

El citado geógrafo, además de apoyarse en estudios anteriores de Jorge Juan y Antonio de Ulloa y lo que pudo obtener de la Biblioteca Nacional de España, llevó a cabo el proyecto con tanto empeño y dedicación que, una vez que el monarca contempló el resultado, quedó espantado y dio la orden de retirarlo inmediatamente, no debido a un error, sino porque era un trabajo perfecto, terminado en 1770, y estampado por primera vez en 1775.

Además, el mapa era enorme, formado por ocho enormes planchas, con dimensiones de 2,6 metros de alto, 1,85 metros de ancho y una escala de 1:4.000.000. Entre sus detalles, incluía anotaciones, abundante toponimia y una representación detallada de la red hidrográfica de caminos.

Gracias al conde de Floridablanca se retiraron las copias existentes del mapa hasta ese momento y el gobierno suspendió su impresión, retirándose todos los ejemplares para ser resguardados bajo llave.

Miedo y preocupación

Por si lo que hizo Cruz Cano no hubiera sido suficiente, también presentó elementos artísticos, como alegorías de América u Europa, el símbolo de la orden de Carlos III, escudos y hasta una ilustración de una columna decolorada del busto de Colón, incluyendo cálculos para el trazado de líneas de demarcación entre los distintos territorios, según el tratado de Tordesillas.

Pero a pesar de su trabajo, el mapa pronto se convirtió en fuente de miedo y preocupación, ya que en 1775 no era el momento ideal para mostrar un plano tan exacto de Sudamérica, ya que España estaba en negociaciones con Portugal para el nuevo tratado sobre la delimitación de los terrenos en América, que derivaría en el Tratado de San Ildefonso de 1777, y el mapa no beneficiaba a los españoles.

Para Juan de la Cruz Cano la historia no terminó bien. Cobró por su trabajo. Falleció en 1790.

Sin embargo, en los años siguientes, fue muy apreciada su tarea, que se convirtió en una joya histórica de los mapas impresos en el siglo XVIII, ya que, pese a los esfuerzos del gobierno, algunos ejemplares viajaron por Europa y uno llegó a Thomas Jefferson, futuro presidente de los Estados Unidos.

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Fuente: museo/metropolitano/arte/urbano/córdoba

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