La Municipalidad de Villa María en conjunto con el Ente...
Deportivo Argentino derrotó sobre la hora 1 a 0 a...
La Municipalidad de Villa María informa que hoy lunes 9...
La Fuerza Policial Antinarcotráfico se encuentra actualmente trabajando en un...
El intendente municipal Eduardo Accastello participó del encendido del Árbol...
En una emotiva jornada, Villa Nueva celebró el encendido del...
[Historias] “Poroto” Lombardi y el avance de la tecnología: De las palomas mensajeras al tambo robotizado
Omar “Poroto” Lombardi nos deleita con otra de sus vivencias ricas. Nos acompaña en el encuentro, don Miguel Martinengo, compañero de trabajo y amigo de 35 años. Además, un pionero en la actividad que se describe durante los párrafos siguientes, a partir de la narración de Don Lombardi.
Entrevista realizada por: Tco.; Ing.; Mg. Hernán Allasia. Director del Centro Universitario Mediterráneo (vinculación FUNESIL – UNVM). Presidente del Consejo Local Asesor del INTA Villa María.
“He tomado con mucho agrado la inauguración del tambo robotizado (ESIL-INTA), cuyo campo experimental se encuentra en la zona rural de Ramón J. Cárcano. Histórico, si los hay.
Entre los años 1978-1980, estando yo trabajando en el circuito de inseminación artificial de la Cooperativa Agrícola Ganadera de Villa María (lugar que, en notas anteriores te narraba anécdotas sobre palomas mensajera usadas como medio de comunicación para la época) acudí muchas veces a inseminar.
En esos momentos el Jefe del INTA en Villa María era el Ing. Agr. Tassano Viaña, oriundo de Capital Federal; hombre muy ligado a nuestras tradiciones y excelente persona (es como lo recuerdo).
Por ese entonces, el tambo se realizaba a mano y después se hizo una construcción de cemento con brete a la par, tratando de mecanizar el sistema, y nos avisaban con las palomas mensajera el momento oportuno para hacer las inseminaciones; pues en aquella época era el whatsapp actual (y “Poroto” sonríe).
Recuerdo que se usaba semen de la estancia Los Nogales, situada en Navarro, provincia de Buenos Aires. Dicha estancia era de la familia Di Tella, y se congelaba en pastillas que compraban en la Cooperativa Agrícola Ganadera de Villa María.
Y más aún, recuerdo que, el toro que usamos se llamaba Astrobuck, existiendo otro de nombre Tetley. El manejo de la reproducción, se llevaba en fichas en la veterinaria, cuyo asesor era el Doctor Juan José Reale.
En fin, los años pasaron, pienso que, para bien, el tiempo lo dirá. Ahora vamos por la robótica. Por ese motivo y con cierta nostalgia, te cuento, Hernán, esta real y sencilla historia, que la llevo guardada en mí”.
Te saludo con el cariño de siempre “Poroto”.