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[Leyendas Urbanas] El fantasma de la dama a caballo en el barrio privado de Villa Nueva
Bajo el título “El espectro de la dama montada”, el escritor Luis Luján recupera el relato de un hecho que causó temor y sorpresa en un sector de Villa Nueva.
Escribe: Prof. Luis Luján
En la literatura universal podemos hallar muchos relatos relacionados a fantasmas que montan un corcel, como La leyenda del jinete sin cabeza, o El jinete fantasma, por mencionar algunos ejemplos, y que después pasaron a la pantalla grande del cine y se hicieron muy populares.
Muchas veces la simbología que representa el caballo es muy ambigua. Por una parte, le otorga poder al hombre y lo engrandece ya que le representa una posición elevada, la cual le confiere más fuerza y galantería, lo que se deduce en conceptos tan nobles como valor, justicia, caridad, fe, coraje, humildad, generosidad, grandeza, entre otras virtudes.
Pero frente a estas fuerzas del bien también existen caballeros del mal, y así vemos como los grandes peligros de la humanidad: la muerte, la peste, el hambre y la guerra cabalgan a caballo siendo los cuatro jinetes del Apocalipsis.
También en la literatura autóctona de Córdoba podemos hallar relatos mitológicos de la actualidad en donde los espectros de equinos hacen su aparición en el folclore de los pueblos, como el caso del fantasma del jinete, en la localidad de Silvio Pellico, o el fantasma del sulky, en el paraje La Herradura, aunque un hecho sumamente curioso en donde combinan lo real con lo paranormal se dio en un campo lindante a la ciudad de Villa Nueva, en el departamento General San Martín.
Durante mucho tiempo, en la primera y segunda década del siglo XXI, muchos vecinos han sido testigos del espectro de una mujer, de aspecto muy jovial, siempre vestida con túnicas blancas, montando un corcel, también blanco, que se pasea por los campos colindantes a un barrio residencial que se halla junto al cementerio San José, de la localidad de Villa Nueva.
Lo llamativo de esas apariciones que suele observarse, especialmente en horario nocturno, es que en varias ocasiones ha sido captada por las cámaras de seguridad del barrio privado Los Algarrobos, cuyos vigiladores dan testimonio de la presencia de la mujer montada en un corcel blanco, mientras que sus monitores solamente capturan la nítida imagen del caballo, sin montura alguna, por lo que creen que el misterioso espectro de mujer no se deja filmar, dejando un gran interrogante a todos guardias de seguridad.
Se ha sabido en muchísimas oportunidades que las lentes de las cámaras fotográficas, celulares y filmadoras, han captado imágenes que el ojo humano no logra ver, quedando registradas esas presencias fantasmagóricas, mientras que en el caso de la jinete de blanco que deambula montada en un corcel por los campos de Villa Nueva sucede todo lo contrario.
Se han dicho muchas cosas, algo fantásticas, con respecto a un espectro de mujer que viene haciendo su aparición en el mismo campo en el que se la ha visto montada a un caballo, en donde antiguamente existía un circuito de carrera conocido como Sabas Unzueta, detrás del mencionado barrio privado.
Al parecer, una noche un grupo de seis jóvenes acamparon junto a un pequeño lago distante a unos trescientos metros del casco de la estancia, con la cuestión de hacer contacto con ese ente fantasmal, aunque la verdadera intención era descartar cualquier apreciación sobre la existencia del espectro de aquella mujer.
Ellos se habrían presentado ante el cuidador de la estancia a solicitar autorización para que les permitiesen acampar junto a la pequeña laguna que había en la cercanía, sin develar el motivo de sus presencias en ese campo. Al parecer una de las jovencitas habría conversado con una mujer que poseía el cutis muy blanco, tan blanco como su vestido, y ella le habría dado información sobre dónde buscar supuestamente al espectro que sus compañeros deseaban encontrar.
Según se comentó por mucho tiempo, una jovencita se quedó a cuidar las carpas y no quiso acompañar a sus amigos en esa aventura porque la muchacha que había entrevistado en el estancia le habría creado algo de pavor, por lo que cinco de esos inquietos adolescentes se internaron en el monte y estuvieron desaparecidos por varios días mientras que, solamente la jovencita que habría hablado con la chica vestida de blanco en el casco de la estancia, regresó al día siguiente a denunciar la ausencia de sus amigos, quienes partieron por la noche sin un rumbo predeterminado en búsqueda del fantasma que rondaba en la cercanía de esa laguna.
Después de varios días de intensa búsqueda en la región dieron con el paradero de los cinco desaparecidos quienes se hallaban en estado de shock. Ellos manifestaron que en la noche anterior habían decidido ir en búsqueda de la leyenda que se comentaba de boca en boca, y que estaban junto a un pequeño bañado cuando de repente se les apareció el espectro de una joven mujer vestida de blanco montada a un claro corcel. Cuando la vieron quedaron anonadados del susto que les causó ver a esa entidad fantasmagórica con ojos rojizos como fuego.
Emprendieron la corrida hacía varias direcciones y siempre ese ente infernal se les anteponía en sus caminos. Deambularon toda la noche perdidos en el monte sin poder hallar el sendero de retorno hacia las carpas que los jóvenes habían armado.
Cuando el personal policial les anotició que ellos llevaban seis días desaparecidos no comprendieron la magnitud de ese mensaje porque los jóvenes aseguraron que solamente transcurrió una noche entera hasta que fueron hallados.
Hasta la fecha nadie ha podido exponer una explicación racional a esos hechos extraños en que fueron sometidos los jóvenes, ni han podido saber qué sucedió en todo ese tiempo que estuvieron ausentes. El fantasma de la dama montada a un blanco corcel sigue haciendo su aparición en esos campos y jamás han podido identificarla ni hacer ningún tipo de contacto con ella.
El misterio en la actualidad continúa.