Mandhumorado… (Ajenos y propios)

Por Mand

En la Edad de Piedra ya eran jodidos los padres…

El cavernicolita hijo llega a la cueva, le da las calificaciones a su padre que las lee detenidamente y al rato dice:
– Mirá, que te hayan bochado en caza, lo comprendo, porque sos chico y todavía no podés con la lanza; Que repruebes agricultura te lo paso, porque es aburrida y al principio cuesta trabajo agarrarle la mano; Que te saqués un tres en  pintura rupestre te lo perdono porque todavía eres pequeño y no coordinas, pero… que repruebes historia, no jodas!… si apenas llevamos dos páginas!

(Gracias José Luis!)

Son recursos…

Un hombre entra, acompañado de una dama infartante, en una tienda súper exclusiva, y dirigiéndose al vendedor le dice:
– Por favor, muéstrele a la señorita el más fino abrigo de visón de la tienda.
El vendedor regresa con un abrigo impresionante. Ella se lo prueba. Le quedaba pintado. Acercándose discretamente el vendedor le susurra al oído del caballero:
– «Vale 65.000 dólares»
– ¡No importa el precio, ya mismo le hago el cheque!
El vendedor (contentísimo ya que tenía un porcentaje por lo facturado) indica:
– Muy bien, hoy es viernes, el lunes cuando cobre el cheque en el banco pase usted a retirar la prenda.
Ambos se retiran de la tienda. Ella deslumbrada, él esperanzado.
El lunes regresa solo el galán. Sonriente, exultante… No estaba de igual manera el vendedor quien antes de saludarlo ya le expone a viva voz:
– «Cómo se atreve a venir si sabe que tiene la cuenta cerrada desde hace 6 meses. Usted es un caradura».
Sin perder la calma le respondió:
– «Mire, pasaba por acá y me pareció un despropósito no acercarme a agradecerle el hermoso fin de semana que gracias a usted pasé con ese minón»

(Gracias Richard!)

Y pasa en muchos lados

– Bravo, querida, veo que estas tomando conciencia del gasto telefónico, sólo has estado media hora hablando por teléfono, ¿quién era?
– No sé, se habían equivocado de número.

(Gracias Richy!)

Valió la pena esperar tanto tiempo

Dos estatuas, de un joven y una joven desnudos, que hace más de doscientos años están uno frente a otro mirándose. En un determinado momento se le aparece Dios.
– ¡Qué tal chicos… la verdad que estar parados durante doscientos años, sin moverse, sin pestañar, merece una recompensa! Pidan un deseo que se los concedo.
– Las estatuas responden al unísono:
– Eiii, gracias, nuestro deseo desde hace muchos años es ser humanos.
– Está bien, no es un deseo fácil de cumplir, pero igualmente los convertiré durante diez minutos en personas. Por lo tanto aprovechen en darse el gusto que quieran.
Ya convertidos se bajan de los pedestales y se  van detrás de unos matorrales. Al minuto comenzaron extraños ruidos:
– Ahh, así, así, uyyyy, seguí, seguí, no parés!!!… Cómo me gusta, disfruto a lo loco!!!
A los cinco minutos se acerca Dios y les dice:
– Vamos chicos, vamos, apúrense que sólo le quedan cinco minutos.
Y detrás de los matorrales se escucha a la estatua femenina decir:
– ¿Oíste? Vamos apúrate, ahora me toca a mí, vos agarrá la paloma que yo la cago encima.

(Gracias Raúl!)