[Música e Historia] De malones y olvidos: “Dorotea, la Cautiva”

“Mi nombre casi lo olvidé”

Escribe:  Leo Muñoz

Ariel Ramírez y Félix Luna

La notable producción artística lograda por Ariel Ramírez con su música y el historiador Félix Luna, visualiza y recupera páginas imperecederas de la Historia Argentina, hechos, procesos, personajes, nombres que construyeron nuestra nacionalidad.

El binomio creador produjo obras como “Navidad Nuestra” y “La Peregrinación” en 1964, el disco “Los caudillos” en 1965, el álbum “Mujeres Argentinas” en 1969, “Cantata Sudamericana” y “Antiguo dueño de las flechas (Indio Toba)” en 1972, entre otras.

Malones

Los malones azotaban regularmente toda la frontera sur del territorio controlado por el gobierno argentino hasta fines de los 70 en el Siglo XIX. Los ataques procuraban robar todo objeto de valor que pudieran cargar en sus caballos, arreaban miles de cabeza de ganado para venderlo en Chile, dejaban un reguero de humo y sangre, llevando habitualmente como cautivos a niños y a mujeres jóvenes.

El trato con los prisioneros solía ser brutal, aunque podía suavizarse con el tiempo, incluso algunos cautivos se unían de tal modo a la tribu que pasaban a ser uno más de ellos. Mujeres que habían tenido hijos con indios, forzadas o no, aumentaban sus lazos con la toldería.

Cautivos

El historiador Pablo Granado en su obra “Villa Nueva. Un Pueblo con Historia” recupera casos de cautiverio en nuestra región.

En 1864 Dorotea Cabral fue capturada durante un gran malón dirigido por Calfulcurá, en la merced de Cabral, Cañumil la tomó para llevarla consigo. Se convirtió en la preferida de Cañumil, teniendo tres hijos con su captor.

Quince años después un escuadrón del 1ro de Caballería al mando del Capitán Daza la liberó, pero prontamente escapó con un joven oficial; encontrados por el ejército él fue enviado a otro destino y Dorotea volvió a Villa Nueva para terminar allí sus días, al igual que al menos algunos de sus hijos.

En el cementerio de Ballesteros Sud descansan los restos de Celso Caballero, llevado cautivo a los doce años de edad, creciendo en una toldería, casándose y teniendo hijos. Luego de la llamada “Campaña al Desierto” de 1879, Caballero pudo volver a Ballesteros, rehaciendo su vida y formando nueva familia. Años después fue visitado por dos hijos de su permanencia en la toldería, volviendo luego los mocetones a su vida nómade.

“Dorotea la Cautiva” (Ariel Ramírez y Félix Luna)

Yo no soy huinca, capitán
Hace tiempo lo fui
Deje que vuelva para el sur
Déjeme ir allí.

Mi nombre casi lo olvide
Dorotea Bazán
Yo no soy huinca, india soy
Por amor, capitán.

Me falta el aire pampa y el olor
De los ranqueles campamento
El cobre oscuro de la piel de mi señor
En ese imperio de gramilla
Cuero y sol.

Usted se asombra capitán
Que me quiera volver
Un alarido de malón
Me reclama la piel.

Yo me hice india y ahora estoy
Mas cautiva que ayer
Quiero quedarme en el dolor
De mi gente ranquel.

Me falta el aire pampa y el olor
De los ranqueles campamento
El cobre oscuro de la piel de mi señor
En ese imperio de gramilla
Cuero y sol.

Quiero quedarme en el dolor
De mi gente ranquel.

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