[Música e Historia] El Firulete: «Que algún chabón chamuye al cuete»

“Dejá nomás que algún chabón chamuye al cuete”

Escribe: Leo Muñoz

 Sacudile tu firulete

Se llama firulete al arabesco que dibujan los pies bailando milonga, improvisado o estereotipado.

El tango milonga musicalizado por el maestro Mariano Mores y con letra de Rodolfo Taboada de 1958, marca el momento en que nuevos ritmos invadían la noche porteña, anteriormente escenario constante de la música ciudadana.

Las nuevas tendencias musicales ganaban espacio y “El Firulete” marcaba terreno, casi con candidez.

El mambo, la rumba, merengue, conga, ampliaron los ritmos que se bailaban, compartiendo pista con tango, milonga, pasodoble y foxtrot, nada faltaba ya para la llegada del rock.

Década tras década la música se amplió abarcando todos los paladares musicales. Resulta interesante rescatar que el tango nunca murió, llegó a todos los rincones del mundo, se consolidó internacionalmente, resultando en un ritmo inconfundible y representativo del río de la Plata, especialmente porteño.

Julio Sosa y Beba Bidart

“Buenas noches Buenos Aires”, dirigida por Hugo del Carril, es la única película que cuenta con la actuación de Julio Sosa, estrenada en 1964 es un musical que incluye al “Varón del Tango” quien junto a Beba Bidart cantan “El Firulete”.

La obra permite descubrir a un gran número de artistas del inicio de los 60. Sosa, nacido en Uruguay en 1926, es indiscutiblemente una de las mayores voces del tango, fallecido en un accidente con 38 años, dejó versiones inolvidables de muchos tangos y milongas, consideradas en muchas ocasiones por amantes del 2×4 como las mejores interpretaciones en varias piezas.

Figura femenina muy reconocida en el tango fue Beba Bidart (192-1974), actriz, cantante, dueña de la tanguería “Taconeando”, famoso local que recibió regularmente figuras del arte y la política.

Lunfardo

Nacido en los sectores bajos de Buenos Aires, mezcla de variopintos personajes e inmigrantes, sus vocablos se arraigaron en la lengua cotidiana de Argentina y Uruguay.

El tango es un gran receptor y testimonio del lunfardo, usando expresiones que perduraron, así como otras que cayeron en desuso. La literatura también es su refugio, en cuentos, novelas y en la poesía porteña.

También captó la atención de investigadores, realizándose encuentros de especialistas.

El firulete (R. Taboada, M. Mores)

¿Quién fue el raro bicho
Que te ha dicho: «che, pebete»?
Que pasó el tiempo del firulete
Por más que ronquen los merengues y las congas
Siempre es buen tiempo pa’ la milonga.

Vos dejá nomás
Que algún chabón chamuye al cuete
Y sacudile tu firulete
Este arabesco que en el alma
La milonga nos bordó
Es el compás criollo y se acabó.

Pero escuchá, fíjate bien
Prestale mucha atención
Y ahora batí si hay algo igual
A este compás compadrón
Batí, por Dios, si este compás
Repicadito y dulzón
No burbujea en tu piel
Y te hace más querendón.

Pero escuchá, ja, ja, fíjate bien
Prestale mucha atención
Y ahora batí si este compás
No es un clavel reventón
Es el clavel, es el balcón
Es el percal, el arrabal
El callejón, y es el loco firulete
De algún viejo metejón.

Vos dejá nomás que algún chabón
Chamuye al cuete
Y sacudile tu firulete
Este arabesco que en el alma
La milonga nos bordó
Es el compás criollo y se acabó.

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