[Argentinadas] Ipso facto: Hechos, no palabras

Promesas y declamaciones, declaraciones y dichos… y sí, viejo, a estas alturas, la palabra argenta viene devaluada, desde el “Sígame, no los voy a defraudar”, el “vamos mal, pero estamos bien” se ha enquistado en el sentir del ser argento.

Escribe: Raquel Baratelli

La ambigüedad ha sido y es moneda corriente entre los discursos de funcionarios y gobernantes,” hay que sufrir para dejar de padecer”; llegando a contradicciones tales como que los precios deben subir para bajar, la libre expresión debe pedir permiso, para crecer hay que decrecer, para mejorar la ciencia y la educación hay que desfinanciarlas, la industria nacional va a mejorar dejando que todo se importe, “fuera de la ley nada” salvo derogarla… en fin, parece que en este mundo sin sentido las contradicciones garpan.

Acostumbrados a que se dicen muchas cosas, se hace nada o poco, tras décadas de placebos, corrupción, e impunidad desvergonzada, la mente argenta se ha habituado a esperar lo peor, en algunos casos a tirando la bronca, en otros a permaneciendo indiferente, pero en todos los casos resignándose a que las cosas son como son.

Sin embargo, parece que, con este gobierno, los exabruptos de campaña no fueron meras promesas y las oraciones aparentemente inviables por contradictorias constituyen las bases fundamentales de su gestión.

Todo argento de hoy siente la contradicción propia en la piel, la de estar dispuesto a mejorar estando peor

Esperando las reacciones positivas de mercados y mercaderes, aceptando mano dura, hasta aplaudiendo el “no hay plata”, todo argento de hoy siente la contradicción propia en la piel, la de estar dispuesto a mejorar estando peor.

Perder el trabajo y la obra social, sin acceso a la vivienda, rezar por la subsistencia de la escuela pública y los centros de salud, convertirse en equilibrista entre la línea de pobreza y la de indigencia, son las certezas a las que puede aspirar “el ciudadano de a pie”, que aún con ese panorama alimenta la esperanza de que sólo se trata de una mala racha.

Cabe aclarar que, como nunca antes pasó, para el gobierno nacional lo prometido es deuda, la cosa va por convertir las palabras en hechos.

Parece ser que el Estado es un bosquejo mal hecho, hay que tachar todo y empezar de nuevo para que salga un dibujo que valga la pena

La piedra fundamental de ordenar las cuentas y estabilizar la macro para mejorar la micro pareciera ir caminando, la otra piedra, la de achicar el Estado viene rodando.  

Parece ser, chicos, que el Estado es un bosquejo mal hecho, hay que tachar todo y empezar de nuevo para que salga un dibujo que valga la pena; la lógica, después de eliminar ministerios y descalificar a los legisladores y gobernadores, desestimar la democracia, desprestigiar a todos los políticos, a los científicos, docentes, profesionales de todas las disciplinas, va por catapultar todo lo público, sea bueno o malo.

Como un acto de venganza, con desprecio absoluto por todo lo que escape a una estricta visión libertaria, con una actitud despechada avanzan los despidos de empleados de todas partes, sirvan o no, trabajen o no; que cierren las PYMES y las industrias, que se fundan los comercios, que se caigan los puentes…  

En un convencimiento casi infantil regido por el “quien no está conmigo está contra mí”, todos los trabajadores estatales son el enemigo, la ciencia, la tecnología y la educación pública, además del arte, las comunicaciones, todos los pensamientos no libertarios son el enemigo; el pueblo y hasta las leyes fundamentales que rigen la vida argenta son el enemigo para el actual presidente, quien gobierna por designio democrático, pero activando DNU cual botones de pánico.

A estas alturas, viejo, no está de más reconocer que el primer mandatario no anda con vueltas.

Ipso Facto.

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