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[Desde Adentro] Franco Graglia: “Gobernar los destinos de la ciudad que nos vio crecer es algo inexplicable”
Franco Maximiliano Graglia (44) está en pareja con Vanesa hace casi 12 años y es padre de Martina (15), Nicole (10) y Jazmín (8). Sus amigos le dicen “El Negro Graglia”; otros, “Maxi”. Es fanático de los juegos electrónicos, de las motos y del Club Boca Juniors. Es profesor de folklore y estudia abogacía. Cursó su primaria en la Escuela Rivadavia y el secundario en la Escuela del Trabajo. Además, es candidato a intendente en la ciudad.
Tras la pérdida de su madre (Liliana) y su padre (Osvaldo), el vínculo con su hermano Natalio se hizo más fuerte y pasaron a tener una relación de hermano/padre.
Entrevista: Carolina Durand
¿Una calle de Villa Nueva de la que tengas lindos recuerdos?
La calle que tránsito a diario y es símbolo de que estoy en mi ciudad es la calle Belgrano, quizás porque crecí en 9 de Julio y Belgrano, en este entonces era barrio Centro, luego pasó a ser barrio Villa del Parque. Yo nací y me crié en la zona con amigos.
¿De niño eras más rebelde que tu hermano Natalio?
¡No! Me llevo 3 años con Natalio, él era más intenso. Nuestra niñez fue muy linda hasta que él cumplió 13 años y empezó la secundaria, teníamos el mismo grupo de amigos en el barrio, jugábamos al fútbol y éramos muy unidos. Después la diferencia de edad nos hizo tener grupos distintos.
Hacíamos interbarriales y jugábamos al fútbol en la cancha del entonces patio del colegio Belgrano, hoy IPET 322, y en el Parque Hipólito Yrigoyen. Jugábamos por 5 cocas, el que perdía las pagaba, pero tomábamos todos, fue una época muy linda.
¿Hay alguna banda de música que te guste en particular?
No tengo preferencias musicales, pero, me gusta bastante el pop y el rock internacional. De joven escuchaba los Guns y usaba incluso el pelo largo hasta el día que me recibí en la secundaria (17), después lo corté.
¿Hace cuánto tiempo están con Vanesa y quién dio el primer paso?
En octubre se cumple 12 años. Vane dio el primer paso en la relación (ambos se ríen). No era mucho de salir a los boliches, en mi adolescencia/juventud en Villa Nueva había tres grandes barras; cuando salíamos y nos cruzábamos éramos como 60. Se vivían de otra manera las salidas. Con mi barra de amigos nos juntábamos en una casa o en un quincho y nos quedábamos toda la noche, no éramos mucho de boliches.
¿Quién pone la pava a la mañana para desayunar y arrancar el día?
Por lo general, Martina mi hija mayor, pone la pava porque es la que primero se levanta, la llevo a la escuela y a la vuelta, alrededor de las 7.30 vuelvo a mi casa, desayuno y voy despertando al resto antes de ir trabajar. Mis dos hijas más chicas van a la tarde y pueden hacer un poco más de fiaca.
¿Cómo lográs equilibrar la relación con tu trabajo, el de Franco, tus hijas, la casa y ahora el tiempo que demanda una campaña electoral?
Vane: Me cuesta mucho, pero, Dios me ayudó muchísimo a balancear mis emociones, los tiempos y el día a día.Conocí a Franco hace casi 12 años cuando trabajaba en el campo con los enfriadores de leche y, a veces, se iba 3 de la mañana, entonces no tener un horario estándar de horas de trabajo y tiempos en familia es algo con lo que convivo desde hace mucho. Me acostumbré a seguir su ritmo.
Reconozco que los últimos meses han sido más intensos que lo habitual, porque se va muy temprano y casi no nos vemos entre su trabajo y el mío. No puede compartir cenas en casa, pero es parte de su trabajo, como familia lo apoyamos y mis hijas lo entienden, y eso es lo más importante.
Ellas al ir a la escuela a la tarde, es la 1 de la mañana y están despiertas en el sillón esperándolo para estar media hora jugando antes de acostarse, él es muy familiero.
¿Tienen niñera para Nicole y Jazmín?
A la mañana se queda Vane, las deja en la escuela, ella trabaja a la tarde y su tía Claudia (amiga de Vane) se queda con ellas hasta que uno de los dos se desocupe y nos da una mano enorme con ellas para que no sientan la ausencia de ambos. Las nenas la quieren como una tía más.
¿Cuántas mascotas tienen?
Tenemos dos perros, Kuper y Capitán y un gato, Putete. También hemos tenido pollos, e incluso una oveja que supo pedirme Martina cuando trabajaba en el campo.
¿Cómo ingresa Dios en sus vidas?
Soy creyente desde chico, tengo una relación especial personal, rezo todas las noches y mis hijas también lo hacen ante de dormir.
Mi papá tuvo que ver mucho con eso. Él nos hacía sentar en la cocina y dejaba pasar a mormones, testigos de Jehová, evangélicos y nos decía: “no hay religión que enseñe algo malo, todas enseñan algo bueno así que deben escucharlas a todas y ser libres de elegir en el día de mañana”. Mi papá me demostró con hechos que se puede escuchar diferentes religiones sin entrar en discusiones y que Dios es uno.
¿Preferís zapatos o zapatillas?
Zapatillas.
¿Tuviste algún accidente grave?
Sí, dos que recuerdo. A los 22 años, un choque en moto grave, estuve internado y me quebré costillas y clavícula. En Los Zorros, hace unos años, trabajando me agarró corriente un enfriador de leche. Me trasladaron y recién ingresando al Hospital Pasteur volví en mí, fue una sensación rara e inexplicable la que sentí al despertar en ese momento después de estar casi media hora dormido, inconsciente, no sé cómo definirlo. Los médicos no pudieron explicar cómo desperté después ser alcanzado por la electricidad.
¿Cómo definís tu carácter?
Mi carácter es dócil, soy muy empático, a veces lerdo para enojarme, pero, no tengo término medio. Si me enojo, soy contundente en mis decisiones y mis respuestas.
¿Apodo?
El Negro Graglia, y algunos amigos me dicen, Maxi (por mi segundo nombre).
¿Te llevaste materias en el colegio?
Nunca. Tenía un promedio alto en la primaria y hasta 3° año. Después, la cosa se complicó, con la enfermedad de mi mamá, la edad y la etapa adolescente, pero, siempre me fue bien en la escuela.
Mi papá tuvo mucho que ver eso. Él nos decía, “a buen entender pocas palabras”. Fue un ejemplo, trabajó casi 40 años en Fiat Leone y un día nos sentó a mí y a Natalio y nos dijo: “Estudian o trabajan, vagos no quiero en mi casa”. Eso nos llevó a aprovechar la posibilidad de estudiar dentro de la medida que se podía, la enfermedad de mi madre del 91 al 95 llevó mucho dinero, viajes semanales a Buenos aires y demás, y no podíamos desaprovechar lo que se nos daba.
¿Cómo recordás tu infancia?
Muy linda, con Natalio nos llevamos 3 años y con mi hermana, Paola, 5 años. Todos disfrutamos mucho esa época cuando las madres podían quedarse en su casa y con un solo sueldo alcanzaba para vivir.
Actualmente es casi imposible, en los hogares trabajan madre y padre y, hay muchas cosas que los niños no vivencian porque los tiempos han cambiado. Sin embargo, tengo un lindo recuerdo en familia, con los chicos del barrio, el fútbol, la bici.
Las cosas cambiaron cuando mi madre (Liliana) enfermó de cáncer en el 91 y en esa época no había los avances que existen hoy. Atravesamos situaciones que nos impactaron, porque éramos chicos aún con mis hermanos, desde el 91 hasta el 96 que fallece, en ese momento yo tenía 17 años.
¿La pérdida los unió más?
Fue un antes y un después. Mi hermana Paola estaba de novia en ese momento y a los 6 meses se juntó y fue la manera de transitar la pérdida de nuestra madre que tuvo ella, formar su familia y escudarse allí.
Con mi papá y Natalio habíamos quedado tres hombres en una casa en la cual durante tres meses comimos omelette porque no sabíamos cocinar y tuvimos que aprender a organizarnos, limpiar, cocinar, lavar.
Había empezado a estudiar abogacía en Córdoba en el 98 y se nos enferma nuestro padre, le dio un infarto y de urgencias en Buenos Aires le realizan una operación a corazón abierto, donde algo se complicó y le daban tres meses de vida. Con Natalio nos turnábamos para viajar, cuidarlo y acompañarlo. Dejé de estudiar porque me era imposible en ese contexto cursar.
Por milagro se sobrepuso y pudimos traerlo a Villa Nueva donde nos acompañó, enseñó y cuidó hasta el 2011, año en el que falleció. Creo que en ese momento mi hermano sintió que además de hermano mayor, debía ser mi padre. Mi consejero, mi amigo y desde entonces siempre está para lo que necesito.
Con 18 años (yo) y 21 (Natalio), teníamos a nuestro padre internado y caminábamos por las calles de Buenos Aires diagramando nuestras vidas si se nos iba. Era muy difícil pensar en esas cosas, teníamos miedo, estábamos solos, pero, era cierto que teníamos que estar preparados por las dudas.
Creo que cada prueba en la vida nos deja una enseñanza. Al menos creo que tengo esa virtud de pensar así y transformar lo malo en algo bueno.
No hablamos mucho de sentimientos con mi hermano, pero creo que nos impacta en algún punto de alguna manera. Con el fallecimiento de mi mamá me sentí al principio un poco perdido, con el tiempo lo superé. Sin embargo, uno siempre piensa, qué bueno sería tenerlos a ambos con vida.
Tu sensación el 1° de diciembre del 2019 cuando Natalio te tomó juramento como Secretario de Relaciones Institucionales y Políticas Sociales
Creo que tuvimos sensaciones distintas con Natalio ese día. Yo estaba nervioso, había quedado para el final, jurar ante la gente, funcionarios, mi hermano y ante la Biblia con lo que creyente que soy, era motivo de nerviosismo.
Él se emocionó mucho y creo que en ese momento nuestro padre se le vino a la cabeza, el estar en ese escenario juntos transitando a la vida política para gobernar los destinos de una ciudad que nos vio crecer es algo inexplicable.
¿Sentís un peso por trabajar en el ambiente político y que tú hermano sea el intendente?
Nosotros tenemos relación de hermanos, padre/hijo-hermano y jefe/empleado. Sin embargo, siempre tuve eso en claro y soy muy respetuoso de las personas y los cargos que ocupan.
Sé que Natalio es mi familia y ocupa uno de los lugares más importantes de mi vida, pero, del municipio puertas afuera. Hacia adentro, desde el primer día que entré a la Municipalidad golpeo la puerta, él es mi jefe no mi hermano, predico con el ejemplo. Me han sabido decir otros funcionarios que “le tengo miedo” y en realidad es respeto por su cargo, su función. De las puertas hacia fuera, es mi hermano.
¿En almuerzos o cenas familiares se habla de política?
En familia se hablan de anécdotas y cuestiones más banales y risueñas. Con mis amigos en un asado sí se habla de política pero, cuando hablamos de grieta o banderas paro la pelota porque al final no se disfruta el momento porque terminan discutiendo.
¿Ves superclásicos con Natalio?
Nunca. Él es fanático de River y yo hincha de Boca. Él se enoja más rápido que yo, entonces es complicado, de hecho, ningún superclásico lo veo con nadie.
¿Creés en la suerte?
No, creo en Dios.
¿De qué te arrepentís?
De nada, saco algo bueno de todo. Ni siquiera de vender una moto de colección para hacer mi casa (se ríe). Fue la mejor decisión, hoy en día tengo mi familia y un techo es lo más importante.
En algún momento me gustaría cremar a mi mamá y arrojar sus cenizas en el mar y a mi papá en el parque de Villa Nueva porque esa era su voluntad. Para mí no es una deuda pendiente propia, pero siento que se lo debemos. Igualmente es una decisión que debemos tomar entre los tres y en algún momento, resolverlo.
¿Qué trabajos tuviste previo a entrar en la función pública en el 2015?
Mi primer trabajo fue de cajero para el supermercado Argentino en Villa María. Después muchos años trabaje para una empresa de obras, Techint. También estuve en La Casa del Tambo, hacía servicio de enfriadores de leche.
Tuve comercios del rubro alimenticio hasta que, pude montar mi propia empresa de frío con un socio. Me fue muy bien pero casi no veía a mis hijas y cuando aparece la oportunidad de ingresar en la función pública, lo dudé mucho porque yo creé esa empresa y maduró conmigo, me fue muy bien económicamente. Sin embargo, mis hijas fueron las que me hicieron tomar la decisión final. Había veces que me iba a las 3 de la mañana y volvía de noche.
¿Qué es lo que más disfrutás en tu casa?
Disfruto mucho de mis hijas. Llevarlas a sus actividades, escolares y deportivas. Las pijamadas, los días lluviosos o nublados y jugar en casa, ver películas, jugar juegos de mesa.
Otra cosa que me entretiene mucho, más allá que ahora en campaña no tengo tanto tiempo, es la play. Juego Call of Duty y Moto GP. Fui quinto a nivel sudamericano en un torneo. Tengo un grupo de amigos, con gente de todos lados a través de los juegos electrónicos y en el 2018 se hizo un torneo y ahí nos encontramos en persona.
La comunidad gamer es muy sana e incluso más que la de redes sociales, te relacionás con gente de todo el mundo, sus costumbres, su cultura.
¿Verdad o consecuencia?
Verdad.
Una crítica política constructiva
Después de Néstor Kirchner tuvimos grandes posibilidades de poner un país de pie y ser ejemplar y fue desaprovechado.
¿Locro o arroz con pollo?
Locro.
¿Practicás deportes?
Jugué en el Porvenir, en Alem y con mis amigos de chico por la coca y para pasarlo bien. Tenía un amigo que iba a folclore, lo acompaño y quise empezar porque había un grupo de chicos que jugaban después de los ensayos. Me sumé y me recibí a los 19 años como profesor.
Fueron muchos años estudiando y era buen bailarín, no tanto zapateador. Me anotaron en la Agrupación Folklórica de Villa María y allí empecé a bailar estudiar y profesionalizarme. Viajé a todos lados.
De un ballet reconocido de Santiago del Estero querían que tomara clases con ellos, pero no tuvimos los recursos económicos así que no pude. A los 14 años fui uno de los bailarines más jóvenes de la Agrupación, cuando hacíamos la apertura en cada Festival de Peñas.
Cuando me recibí, di dos años clases en la Escuela Suelo de Tradición, en barrio Los Olmos de Villa María, con una amiga, Mariana Pedernera para darle una mano en su academia, pero después dejé y no volví a dar clases. Creo que tuvo que ver la pérdida de mi mamá ya que ella me incentivó a estudiar y, el hecho de que no esté, perdió algo de la magia.
Y sí, corrí muchos años en moto enduro por toda la provincia. Actualmente me levanto los domingos temprano para ver las carreras de motos.
¿En qué situación quedó la imputación por la fiscal Juliana Companys por incumplimiento de protocolo de aislamiento en el 2020?
Quedé absuelto por prescripción al no haber pruebas en contra. Se abrió una investigación, pero nunca me llegó una notificación de imputación porque no hubo pruebas.
¿Sos orgulloso?
Era muy orgulloso cuando era chico. Podía pasar dos semanas sin hablarle a mis padres, o no sentarme a comer. El tiempo me fue moldeando y aplacando en ese sentido.
Una deuda pendiente
No sé si es una deuda, es algo que debería hablar con mis hermanos, pero sí, es algo que algún momento me gustaría hacer para sentir que he cumplido con la voluntad de mis padres.
Por otro lado, tengo pendiente terminar abogacía. Hace unos años retomé, aprobé 12 materias. Ahora me tomé un receso por la campaña electoral, pero, en julio quizás retome nuevamente.