La Municipalidad de Villa María, a través de la secretaría...
En el marco de diversos patrullajes y controles antinarcóticos realizados...
La municipalidad de Villa María recuerda que se registrarán temperaturas...
El gobernador Martín Llaryora promulgó la Ley de Ficha Limpia,...
La municipalidad de Villa María informa que este jueves abrirán...
El intendente municipal Eduardo Accastello presentó el Festival de Peñas...
[El Deschave] Argentina: ¿Camino al diálogo o a la violencia?
Escribe: Miguel Andreis
Apenas unos pocos días nos separan de la asunción, por cuarta vez, de Eduardo Accastello a la intendencia de Villa María. Será el próximo 10 de diciembre. Lo mismo sucederá con el Gobernador Martín Llaryora y el presidente Javier Milei.
Nunca como hasta el momento se observa tantas expectativas, dudas, paroxismo, incertidumbre y temor al mismo tiempo. En ese maremágnum de incertezas se infiere en el orden nacional, que buena parte del oficialismo, a quien se los define como los más “duros”, sectarios o intolerantes, desde hace años disfrazados con el atuendo de revolucionarios populares, ya comenzaron a cavar trincheras como para no dar treguas.
Milei no tendrá los tres meses de franquicia que han tenido sus antecesores. Por ejemplo, el actual presidente Alberto Fernández, se tomó cuatro años y ni la CGT, el movimiento obrero, ni los militantes de las organizaciones sociales, ni el peronismo en su conjunto levantaron sus banderas. Por el contrario, lo protegieron.
Los reclamos y pocos, fueron teatralizados por actores sostenidos con planes. Nada de fondo. En el peronismo, o por comprenderlo desde otra perspectiva, el kirchnerismo, sigue haciendo valer la consanguinidad ideológica de un populismo que ha perdido kilos pero que siempre están a la espera de su recuperación. No olvidar.
Lo que antes eran meses de tolerancia para quienes asumían, muy posiblemente, después del 10 sean apenas horas. Las organizaciones piqueteras, movimientos sociales, especialmente sus referentes, saben que se les puede acabar uno de los negocios más millonarios y corruptos que manejan a discreción, como lo es el administrar el hambre en todas sus expresiones, es decir, las entregas de los subsidios y planes sociales, sin control alguno.
La materia prima del “populismo” son los pobres, mientras más carenciados mejor, y la verdad que estos 20 años de gobierno demostraron su eficiencia en los objetivos. Los volvieron extremadamente mansos y doblegados con sus “patrones” (léase referentes). Espantosa realidad cuando todavía se quiere justificar desde el poder semejante estado de detonamiento económico, político y social.
La incertidumbre que sobresalta
Es casi improbable el saber de buena tinta lo que acontecerá en poco tiempo más. Están agazapados y esperan. El peso político de las “cajas” que manejaban especialmente organizaciones como La Cámpora y otras, serán peleadas metro a metro por sus integrantes.
Disputarán gramo a gramo los verdes billetes que empoderan. Allí, en las mismas, subyace en gran parte el poder acumulado y el dinero que ya no está. Sin dudas, antes de entregar los andrajos que subsisten del país, dinamitarán toda la documentación que los dejaría ante la Justicia vestidos de Adán.
La arbitrariedad de una democracia como la actual, absolutamente complaciente y sociable con la delincuencia, evitará que la Justicia –si es que tiene ganas- avance en el vislumbrar de tanta destrucción.
Los jerarcas de la administración del hambre
Milei no habló de quitar los subsidios ni planes sociales, sino de organizarlos para que los mismos sean entregados, con seguimientos por parte del Estado. Acabar con los punteros políticos, empresarios cultivadores de hambres ajenos. Desafío nada fácil para el flamante presidente y menos aun cuando el mismo no cuenta con una infraestructura que le garantice cierto respaldo de confrontación.
No pocos revelan el tiempo en que los jerarcas de los indigentes decidan empujarlos a las calles y que la violencia se instale como un diccionario del futuro. Sin dudas uno de los desafíos más complejos de desentrañar para Milei, que seguramente se excedió notoriamente en sus promesas, muchas de ellas incumplibles.
Sobre él también pesa una llamativa expectación. También habrá que ver cómo reaccionan los votantes del libertario, que no es lo mismo ser seguidor acompañándolo en las urnas, que militantes de pechos poner.
De cualquier manera, el panorama que aflora no es de diálogo precisamente. Hasta aseguran que la violencia se huele.
Córdoba en la mira
La ida de Juan Schiaretti abre espacio para la construcción de un nuevo peronismo en lugar del cordobesismo. Martín Llaryora encabezará los nuevos designios. En el medio se intuye definiciones no del todo clarificadas. Schiaretti al irse un tiempo a Buenos Aires, dejó espacios y nombres que posiblemente no le fueron del todo leal como se esperaba. Lapsos turbulentos, afirman, es lo que se avecina en las cercanías del Panal.
Llaryora, que aún mantiene sus cercanías con el poder kirchnerista, dan cuenta de que puede poner bajo su cobijo a hombres de la Provincia, pero también del orden nacional.
No hay demasiadas cajas, léase provincias, de donde rascar, para que el poder se la vaya diluyendo. El poder es dinero que indefectiblemente baja del Estado.
Schiaretti jugará fuerte, si tomamos antiguas experiencias. El Gringo no es de los que se entregan, afirman. Su liderazgo no solo llevó a este cargo al sanfrancisqueño, sino que, entre sus huestes más cercanas, afirman que dice: “que este no se haga el boludo, porque hablaremos de otra manera”. ¿Hablarán?
Lluvias faltan en Córdoba, sin embargo, tormentas se vendrían superabundantes, quizás, con muchas piedras.
Villa María: Nada más eficaz para esconder a un elefante que largando otros cien…
Donde la cuestión no es alentadora con el cambio de mandos es en nuestra aldea. Tanto del lado del Gillismo como del Accastellismo, varios de sus discípulos, que habitan el serpentario de la Municipalidad, sueltan prenda, como decían los criollos.
La mayor bronca subyace en las huestes -seguramente que en la conducción también- del nuevamente electo, el palestinense Accastello, quien se comprometió ante la ciudadanía que, a pesar de la sociedad con el actual intendente, pediría urgentemente una auditoría.
Y la sociedad que lo votó también lo creyó. Demasiadas suspicacias dejarán el gobierno que va. Muchos fondos millonarios de los que la ciudadanía nunca se enteró. Funcionarios a quienes parece que le fue muy, pero muy bien económicamente. ¿Alguien los investigará? Es difícil creer que la Justicia quiera meter mano.
Solamente observar lo que acontece con la causa que lo tiene al Intendente Martín Gill como imputado por violencia de género y otras yerbas más, desde marzo de este año y sigue en libertad. Nada nos permite ser optimista ante tanta inmunidad y despotismo.
Y de la financiera, cuándo hablamos
Tampoco, por lo que se sabe, ni fiscales ni jueces habrían ido hasta esa no disimulada “financiera” ubicada en la calle Corrientes pasando Mariano Moreno, donde los comentarios dan cuenta que ese punto es un trocadero de cheques, muchos de ellos entregador a larga fecha, desde el mismo municipio.
Unos y otros señalan que la propietaria de la misma sería la responsable del manejo de los fondos municipales. Quizás haya muchas probabilidades que en los papeles al frente de la financiera aparezcan otros nombres o testaferros (cosa reiterada); claro, todo hubiese sido diferente si la Justicia sin esperar denuncias, se dignara a investigar, seguramente dejarían más tranquilos a los villamarienses sabiendo que la citada profesional administra sus aportes en todos conceptos en forma “correcta y honesta”.
¿Destrucción del sistema contable en la Municipalidad?
Y, por último, afirman en esos mismos pasillos del serpentario que manos expertas habrían destruido el sistema de computación. Dañada de tal manera que cualquier investigación para ver los números lo deberán hacer con un ábaco.
Es la ciudad que nos dejan, es la vergonzosa y fétida impunidad de un poder que nada los avergüenza… Y a no olvidar el terreno que deberemos transitar, Martín Gill, sí, el mismo, ya fue nombrado como ministro en Córdoba por el mismo Martín Llaryora…
Casi que lo condecoran. Gente del poder, ustedes, aunque pretendan disimularlo, son los que buscan la violencia como salida. No lo olviden, no existen la paciencia sin límites.
Foto de portada a modo ilustrativo