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[Manejá bien] Ojo con modificar los autos de fábrica

Terrible error. La conducción se hace mucho más complicada. No solo para ir por las calles, ni les cuento para estacionar.

Escribe: Roberto Alassia

En estos días, compartimos momentos con nuestro amigo Heriberto Pronello y hablamos a todo ritmo por cuánto así lo exigía el protocolo de cada uno de sus homenajes.

El primero por parte del municipio de Villa María a través del intendente Eduardo Acastello y a posteriori en Mar Chiquita de Ansenuza, lugar caro a sus sentimientos, porque ahí el gran creador del Huayra (Viento, en quichua), vivió desde los 4 hasta los 17 años, cuando se traslada con su familia a Villa María.

En esas conversaciones surgió un tema sobre tránsito muy particular. Está relacionado con los vehículos que circulan por las calles de cualquier ciudad totalmente modificados.

Con el fin de sentirse totalmente identificados con las carreras, propietarios de vehículos, sobre todos jóvenes, convencen a sus padres, de cambiar la originalidad del auto, con el deseo de disfrutar un manejo mejor o más deportivo.

Terrible error. Todo es al revés. La conducción se hace mucho más complicada. No solo para ir por las calles, ni les cuento para estacionar.

La conducción se hace mucho más complicada. No solo para ir por las calles, ni les cuento para estacionar

Generalmente la gente, sin sospechar, proceden a bajar el despegue del vehículo del piso, cambian el volante de conducción, por uno más pequeño, y endurecen; cambian las llantas y hasta el rodado original.

Claro, casi lo convierten en prima facie en un auto de carrera para circular en un tránsito normal.

En definitiva, no es ni una cosa ni la otra.

Ni es de carrera, ni es un sedán salido de fábrica para disfrutar en familia.

Nuestra modesta opinión: nunca modifique un auto original y menos el motor, porque a los problemas comunes de la vida, le va agregar otro que seguro usted no tiene ni idea de cómo se le puede complicar.

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