[Opinión] Argentina y su sistema judicial: Injusticias, deficiencias y lentitud

“Esencial a la Justicia es hacerla sin diferirla, hacerla esperar es injusticia” (Jean de la Bruyére)

Escribe: Cristina Pablos

El Sistema Judicial Argentino se encuentra conformado por la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de la Magistratura de la Nación, los Juzgados de Primera Instancia y la Cámara de Apelaciones.

Este sistema está compuesto por el Poder Judicial de la Nación y el de cada una de las provincias.

En virtud del sistema adoptado por la República Argentina cabe admitir que todos los jueces, además de la competencia que expresamente les confiera la ley, poseen una competencia implícita que es la de controlar la constitucionalidad de las leyes.

El sistema argentino de control de la constitucionalidad es jurisdiccionalmente difuso porque los jueces de cualquier fuero y jurisdicción pueden llevarlo a cabo.

Principales problemas de nuestra Justicia: la corrupción (58%) y la excesiva lentitud en la resolución de litigios (54%); son los problemas reclamados por la población en lo que atañe al Sistema Judicial Argentino.

Ambos temas se destacan por encima de otras cuestiones. Casos como el de un juez federal que concentra las causas penales más resonantes y vinculadas con el poder político instalan un sistema lleno de fallas.

Es el diseño de nuestra Justicia lo que permite la extravagancia de que haya jueces que no quieran investigar y jueces que, a pesar de querer hacerlo, no puedan.

La presencia de esas dos variables es la llave de la impunidad en materia de corrupción pública y crímenes económicos.

En nuestro país es alarmante la ineficiencia en la investigación de estos dos temas. La tasa de condenas por delitos a la administración pública es del 3% mientras que los delitos contra la propiedad privada son del 57%.

Son famosos los casos de IBM, ¡Anses tramitó 16 años! para terminar en la fosa común de la prescripción.

Otros casos resonantes son los ocurridos durante el gobierno de Carlos Menem: la venta irregular de un predio de la Rural que prescribió luego de 15 años, la venta irregular de armas a Croacia y la explosión de la Fábrica Militar de Río III.

Ahora fue declarado “prócer” por Karina Milei. Ni qué hablar de los hechos de corrupción kirchnerista: tema cuadernos, enriquecimiento de Lázar Báez y de Daniel Muñoz y Fabián Gutierrez, ambos secretarios del matrimonio Kirchner.

Hay que agregar ahora el tema Seguros que involucra al Alberto Fernández.

Estas anomalías ocurren cuando hay jueces temerosos, condescendientes, ambiciosos o corruptos

Es esencial fortalecer el rol del principal auditor del proceso penal: el fiscal.

En Argentina hay jueces dignos que no se corresponden con ninguno de estos prototipos.

Es también importante la carencia de recursos materiales y humanos en los juzgados; sin personal ni infraestructura hay jueces que deben investigar más de 100 casos al mismo tiempo.

Se necesita decisión política para establecer las reformas que terminen con estas falencias. Para que no haya más víctimas sin condenados como los casos, entre otros, de Nora Dalmasso, Marita Verón, Gabriela Bessonart y un largo etcétera o que se culpe a inocentes como en el crimen de Martha García Belsunce: el viudo Carrascosa se pasó 7 años preso y ¡el asesino era otro!

Por lo pronto, en Villa María, la semana pasada juraron 19 nuevos jueces. Por algo se empieza porque “donde hay poca justicia es un peligro tener razón” (Francisco de Quevedo).

También podés ver:

[Opinión] Argentina y su caótico sistema de salud: Cada vez, menos accesible
Compartir:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *