[Argentinadas] La dulce espera para dejar de ignorar lo urgente

Escribe: Raquel Baratelli

¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar para dejar de ignorar lo urgente? ¿Cuánto tiempo seguiremos permitiendo que la historia de la humanidad se construya según los designios que marcan las mezquindades de todos y cada uno de nosotros?

No todo es culpa de los poderosos y de quienes lideran las acciones colectivas, no sólo es el sistema capitalista “per se”, competitivo y desigual, lo que marca el curso decadente de nuestro mundo, ni son los caprichos de un destino ya escrito, lo que define nuestras metas.

El sentimiento colectivo de pertenencia a una especie y un lugar, determinante para la supervivencia, nos es ajeno

Todos somos artífices necesarios, directa o indirectamente, conscientes o no, de nuestra falta de solidaridad real con el prójimo, de nuestro desprecio por el medio ambiente del cual somos parte.

El sentimiento colectivo de pertenencia a una especie y un lugar, determinante para la supervivencia, nos es ajeno. ¿Cómo se explica todavía hoy, el hambre; qué podemos decir de las niñeces abandonadas, de la pobreza extrema de millones, en contraposición a la riqueza inmensa de unos cuantos?

Cómo justificamos el calentamiento global, la extinción de especies… y qué decir de las guerras, motivadas por una geopolítica estratégica orientada a la acumulación de poder económico de los estados más poderosos.

Hace tiempo que la humanidad se desarrolla como una pieza más de un engranaje de la maquinaria de la moneda; la política económica se ha convertido en la piedra fundamental de nuestra existencia, determinando a las claras la supremacía de los países más ricos sustentada por los más pobres, quienes sufren las peores consecuencias, condenando a su población a una vida de penurias, donde la esperanza de salir adelante es cada vez más lejana.  

Millones quedarán en el camino como un daño colateral más, otra foto que pronto pasará al olvido.

Hoy, resulta que nos conmueve la guerra, la economía de la mitad occidental del mundo se siente amenazada, preocupa la suba de los precios del gas, el abastecimiento de combustibles para la industria, la generación de energía para que la rueda de la fortuna siga girando.

El equilibrio del mundo globalizado se tambalea a merced de la escalada del poderío ruso, a través de Ucrania, sobre la Unión Europea y asusta el crecimiento colateral de China frente al posible debilitamiento de Estados Unidos. 

Mientras tanto, millones de refugiados de esta y de otras guerras silenciadas que han perdido todo, quedarán en el camino como un daño colateral más, otra foto que pronto pasará al olvido.

Cuánto tiempo más quedará hasta que cambiemos lo que haya que cambiar para humanizar al mundo, apostando a la vida y desafiando los designios de la economía global.

Compartir:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *