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[Desde Adentro] Carlos Parajón, el señor de las fiestas: “Soy un visionario que nunca pensó que podía vivir de la planificación de eventos”
Carlos Parajón (62) está casado con Susana hace 35 años, tiene tres hijos Natalia (39), Emiliano (32) y Renata de (27), es planificador de eventos y comunicador social. Le gusta viajar, el café, las flores naturales, el romanticismo y planificar la fiesta soñada para cada cliente. En el 2024, su empresa, Villa María Fiestas, cumple 15 años.
Entrevista: Carolina Durand
¿Cuándo te diste cuenta de que querías organizar eventos? ¿Qué trabajos previos tuviste?
Empecé a trabajar muy joven. Trabajaba en la (ya extinta) concesionaria de autos de Cismondi Volkswagen, durante 25 años. Al tiempo de entrar a trabajar allí, un compañero me pidió que le organice la fiesta de casamiento. Recuerdo que fue, en aquel entonces, en Club River.
En la empresa me encargaba de la organización institucional y comunicacional externa, en la presentación de autos, en los catering, los aniversarios y eso hizo que mi compañero me pidiera organizar su boda. En ese momento dije, “esto es lo mío”.
Le comenté a mi mujer, estuvo de acuerdo, y sin dejar de trabajar, en paralelo, empecé a organizar las fiestas de la familia, en esa época no se contrataba organizador o decorador.
Después trabajé 5 años con Silvina C, eso me ayudó mucho a definir colores y formas y, a los 50 decidí abocarme de lleno porque tenía un casamiento por mes y muchos rechazaba por falta de tiempo. Monté mi oficina en San Juan 1179 y un día, un 5 de febrero, un cliente pasó por la vereda y me dijo, “¿Vos vas a organizar los 15 de mi hija?” y acá estoy, nunca paré de hacer eventos…
¿Dónde cursaste tus estudios?
La primaria en la escuela Florentino Ameghino y el año que viene la promoción 74 cumple 50 años. Dicho sea de paso, la vamos a festejar en La Bodega y ya me hablaron para que organice el festejo.
El secundario, en la Escuela del Trabajo, orientación carpintería porque mi papá lo era y decidí seguir sus pasos. Ejercí unos años hasta que ingresé a la colimba y, estuve 2 años en la Marina.
El terciario en el INESCER, fui egresado de la primera camada, cursé junto a Eduardo Accastello, Mónica Céliz y Daniel López, entre otros.
¿Quiénes son tus referentes en planificación y organización?
Bárbara Diez, Martín Roig, Ramiro Arzuaga, Martín y Germán (Gloriosa Deco de Córdoba), y admiro el trabajo de muchos colegas villamamrienses también.
Una vez, Bárbara estuvo en Córdoba, en el Sheraton, me enteré muy encima del evento y sin inscripción previa viajé y me presenté. Llegué y, como no tenía acreditación, no me dejaban entrar. Había otros organizadores de Villa María, se acercaron a la coordinadora, le explicaron que había viajado desde lejos y me dejaron entrar. Siempre agradecí el gesto de los colegas. A partir de allí siempre que pude me llegué a sus workshops.
¿En qué momento de tu vida visualizaste Villa María Fiestas?
Estaba de vacacione en familia en Tanti, me llama Claudio Rocha del Portal 5900 y me hace la propuesta. Me planteó hacer un portal donde la gente pudiera ver todas las ofertas para una fiesta en un mismo lugar, y arrancamos. Fuimos socios los primeros años, ya hace un poco más de una década que compré su parte y pasé a ser el único propietario. Hoy tenemos más de 170 proveedores.
Es un buscador donde pueden encontrar todo lo que necesitan para su evento y los proveedores más elegidos en ambientación, fotografía, vestidos de fiestas y ropa masculina, catering, salones, cotillones, insumos, mobiliarios, etc.
Por otro lado, mi empresa Villa María Fiestas, la cual yo gerencio, está conformada por 8 profesionales estables y otros que, en materia de técnica, van rotando. En cuanto a La Bodega, lugar donde hago la mayoría de mis eventos, hace un tiempo que compré la llave y soy el único consignatario del lugar.
¿Te festejaban los cumpleaños de niño?
Mis padres, Yaya y Lolo, nos festejaban todos los cumpleaños, a mí y a mis hermanas, Norma (70) y Elisa (65). A los 10 años tenía paperas y sin embargo lo festejamos igual, tengo una foto de nosotros tres con la cara hinchada (se ríe).
Mi mamá me organizó un festejo sorpresa para los 18, e invitó a todos mis compañeros de la Escuela del Trabajo. Creo que heredé sus genes en materia del gusto por los eventos y preparar un grato momento para el anfitrión.
¿Quién es Carlos?
Un visionario que nunca pensó que iban a pasar tantos años y podría llegar a vivir de esto que tanto lo apasiona. Soy conciliador, me gusta ser amigo y amigo de la gente, a veces cascarrabias, detallista.
Me gustan los perfumes (no muy fuertes), vestirme bien, viajar, me gusta felicitar a mis cheff por su trabajo y hacer una crítica constructiva cuando siento que algo nos faltó, trabajar en equipo y no hago nada apurado.
A la mañana me levanto, me baño, me tomo mi café, leo las noticias, me informo, reviso mi agenda y recién ahí, comienzo mi día.
En la paleta de colores, ¿cuál es tu gama favorita para trabajar?
En lo personal me gustan el azul y el celeste. En lo laboral, depende la ocasión, para novias me gusta usar rosa, salmón, new; para una cumpleañera, los flúor, tridentes y fuertes, y mi estilo es muy romántico, está emparentado con las flores naturales.
¿Entienden los clientes el esfuerzo que hay detrás del trabajo de un organizador d eventos?
A veces. La inmediatez de pedir un presupuesto por whatsapp, demuestra que no se dan cuenta de todo lo que hay que evaluar, según el dinero con el que cuenten, para organizar una fiesta. A veces, ni hola ni gracias te dicen.
Por otro lado, hace unos años que, la gente busca el salón y el organizador y, después piensan en el resto, un poco porque buscan quienes resuelvan un montón de cosas y para eso nos capacitamos los organizadores. En estos dos años, pospandemia, los festejos de los 30, 40, 50 y 60 se han incrementado mucho.
Creo que no dimensionan que depende de su bolsillo y de lo que quieran, para establecer el valor de los costos, la elección del salón, el menú, el tipo de decoración, los arreglos florales, el DJ, etc. El evento se arma según la base de lo que quieran o pueda gastar, y eso no se arma en dos horas.
Te gusta viajar
Me gusta mucho. Tengo un crucero pendiente con mi esposa. Dijimos a los 30 años de casados y no pudimos (está pendiente). Pero, aunque sea a las sierras solemos viajar.
Con mis dos hermanas y la familia, actualmente somos 43, tenemos una tradición desde el 2007 de viajar una vez por año al mismo lugar. Esto inicio cuando nevó, un 9 de julio, y desde allí, excepto por la pandemia, nos reencontramos todos anualmente.
¿Te cuesta disfrutar de un evento que no hayas organizado y solo seas invitado?
Trato de disfrutar siempre, pero, a veces, me pongo a ver la decoración y organización. Es más fuerte que yo, tengo el ojo crítico, lo mismo que con mis eventos, hasta que no empieza la hora de la pista, no me relajo.
¿Cocinás?
Sí, me gusta. Mi fuerte son las carnes al horno y, observo y aprendo mucho de mis cocineros en La Bodega.
¿Qué tipos de eventos son los que más te gustan?
Los casamientos. Una vez que me contratan, hago un grupo de whatsapp para los tres y así todos sabemos todo, excepto que alguno quiera sorprender al otro con algún detalle particular.
Después, la gratificación que, a ese grupo, por ejemplo, me llegan fotos de los nacimientos de sus hijos, porque es un momento tan especial que, se genera un vínculo de amistad muy lindo. Otras veces, clientes me han traído regalos muy especiales de sus viajes y, eso reconforta.
¿El momento que más te emociona?
La iglesia y los civiles móviles que organizamos en el mismo salón.
El lugar más raro donde hayas hecho una fiesta…
En un campo, entre Arroyo Cabral y La Palestina. Montamos una carpa, era noviembre, pero hacía mucho frío con grados bajo 0. Fue un fiestón, pero, era complicado llegar, eran 400 invitados y terminaron siendo muchos más, la lista no terminó siendo la acordada.
Tuvimos que armar a último momento muchas más mesas, la fiesta empezó a las 20 horas y término al mediodía del domingo. La pasaron excelente, pero, sobre la marcha hubo cambios que no se habían establecido y eso nos hizo correr más de lo habitual (se ríe).
¿Dónde te gustaría organizar un evento?
En la quinta propia de algún cliente. Hay tantos lugares lindos que prefieren evitar el desorden en su casa, pero, me gustaría alguna vez planificar una gran fiesta allí.
¿Amanecer o atardecer?
Amanecer.
¿Cómo te relajás pre y pos evento?
Tengo cábalas. Terminamos la decoración y ambientación 4 horas antes del evento, se va mi equipo y yo recorro el espacio de punta a punta y, lo observo como invitado. Me voy a mi casa, me baño, me pongo el traje, me tomo un café (eso es sagrado), si es un casamiento llego primero a la iglesia, chequeo la música, las luces, espero el novio con su madrina y esperamos a la novia.
Si la fiesta es un sábado, me relajo recién el domingo a la noche.
¿Qué es lo más raro que te han pedido en una fiesta?
En una fiesta religiosa, era tradición, después del almuerzo, correr un chanchito y sacrificarlo. Me chocó un poco. Ese día llovió a más no poder y la novia dijo, “no me voy a arruinar el vestido corriendo al chancho”, y por suerte, ese ritual se suspendió. Era su tradición, pero, a mí me impactó un poco ser parte de eso.
Otra cosa fue, un casamiento entre un neozelandés y una argentina. Tuve que poner una traductora nacional matriculada (en Villa María solo había dos) y estuvo de invitada y traductora, toda la noche al lado de los novios.
Una anécdota…
Estaban todos los invitados esperando a la novia en la capilla del colegio Trinitarios y se había cortado la luz. Llega la novia, abre la puerta del auto, pone el pie en la vereda y la gente empezó a aplaudir (porque había vuelto la luz de repente) y como la novia no sabía, cuando la recibo para acomodarla, me dice “yo no te había pedido aplausos”.
Si te doy tres elementos, un círculo, un cuadrado y un triángulo y, tenés que elegir uno para empezar a diagramar una idea, ¿cuál elegís?
El cuadrado. Me gustan las cosas minimalistas.
Estación favorita
La primavera, en lo personal porque nací en octubre y, por los matices, los colores, el renacer, florecer y lo agradable en materia climática.
¿Flores preferidas para decorar?
Liziantus.
Premios y reconocimientos
Una vez, el portal 5900, organizó un concurso y como planificador de eventos, por votación de la gente, fui premiado. El Rotary Club de Villa María me ha dado algunas menciones.
En cuanto al municipio, nunca he tenido un reconocimiento por la trayectoria ni por ser uno de los primeros que inició con el rubro y reconozco que, me gustaría en algún momento, recibirlo.
¿Cuántas agendas usás?
Cuatro, la de la computadora, la del teléfono, la de mano en la oficina y tengo una personal en mi casa con fechas y momentos importantes.
¿Qué cosas te enojan?
La incompetencia, la impuntualidad y la competencia desleal.
¿Es una profesión egoísta?
Es más bien egocentrista. Yo aplaudo el trabajo de mis colegas, porque la competencia debe ser sana y el sol sale para todos.
¿Quiénes son más complicados llevar en una fiesta?
Cada evento es diferente, pero, por lo general, la madre de una cumpleañera. Es más acelerada, tiene muchos miedos, se pone ansiosa y te transmite todo eso. Los novios, por lo menos conmigo, llegan cómodos y tranquilos.
¿Un consejo a estudiantes de la organización de eventos?
Los invito a que trabajen conmigo, para brindarles mi experiencia. Es importante estudiar y capacitarse, pero la práctica no se encuentra en un libro. Hay que foguearse y adquirir experiencia, porque si te tirás a la pileta de una es muy difícil organizar una buena fiesta y eso es una carta de presentación.
Hay que conocer de presupuestos, proveedores, es aprendizaje a base de ensayo y error.