El alfajor y el helado, dos aliados incondicionales del dulce de leche

En una serie de notas, presentamos la historia del “dulce más argentino”, el dulce de leche. Así, conoceremos un poco más de esta delicia que es patrimonio cultural gastronómico de América Latina.

Escribe: Ing. Químico Osvaldo Miguel Moro (*)

El alfajor y el helado forman parte de las delicias amadas por los argentinos. Ambos son aliados incondicionales del dulce más rico, el de leche. Y nuestro producto tan típico otorga a esas exquisiteces un sabor distintivo.

A continuación, compartimos las experiencias en nuestros sentidos que inspiran el disfrute del alfajor y del helado.

Alfajor

Genera una experiencia multisensorial que se intensifica al percibir diferentes texturas, en donde se amalgaman el dulce de leche, la galletita y el chocolate produciendo un sinnúmero de sensaciones olfato gustativas, texturales, sonoras que transporta a un estado de placer.

Helado

Genera una experiencia multisensorial sobre la cavidad bucal, produciendo sensaciones olfato gustativas y texturales, como suavidad, sedosidad, cremosidad y palatabilidad.

Al fundirse el helado por el calor de la cavidad bucal, se licúa lentamente transformándose en un fluido poco viscoso aumentando el tiempo de permanencia y prolongando el estado de satisfacción.

Nos permite definirlo como amigable, nos transporta a recibir sensaciones placenteras o de recompensa donde se intensifica el vínculo, que se manifiesta con un estado de plenitud.

Dulce leche, helado y alfajor, compañeros inseparables para dejarnos siempre puro placer.

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(*) Miembro del Consejo Mundial del Dulce de Leche (En formación)

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