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[Lucha de maridajes] Carne de cerdo con vino syrah
En este MARIDAJE recordemos que el cerdo, se caracteriza por combinar bastante bien con casi cualquier vino tinto. Es importante tener presente, el método de cocción y la salsa que predomina.
Se recomienda aquellos vinos que contengan la menor cantidad posible de sustancia tánica. En caso que se utilicen frutas, se aconseja a mezclar con vinos de taninos dulces, es el caso del vino Syrah.
Vino syrah y sus características
La syrah, también conocida como shiraz en algunos países, es una variedad de uva que ha ganado fama en el mundo de la enología.
Originaria de la región del Ródano, en Francia, esta uva se ha convertido en un componente esencial de muchas bodegas de renombre en todo el mundo.
La temperatura de consumo es importante. Para un vino rosado elaborado con uvas Syrah, la temperatura adecuada es de entre 8 y 10 °C, en cambio, para los tintos jóvenes es de 14°C y para los Syrah complejos, asciende a los 16/18 °C.
Es famoso por su carácter audaz y distintivo.
Atributos sensoriales
Color: suelen presentar un color rojo profundo, que varía desde un violeta intenso en su juventud hasta tonos más granates a medida que envejecen.
Aromas y sabores: en nariz, ofrecen una amplia gama de aromas que pueden incluir frutos negros como moras y ciruelas además de notas especiadas como pimienta negra.
Cuerpo: los vinos syrah son conocidos por tener un cuerpo completo y una textura sedosa en la boca. Los pigmentos como el tanino, aunque presente, tiende a ser suave.
Longevidad: tienen un gran potencial de envejecimiento. Algunos ejemplares pueden madurar durante décadas, desarrollando una mayor complejidad y suavizando astringencia con el tiempo.
Ahora caracterizamos al cerdo
Un plato interesante es el preparado con un lomo de cerdo rociado con pimentón, asado a fuego lento. O con un estofado de costillas de cerdo, o con guisos clásicos como el cassoulet de Francia, o la “llenadora” feijoada de Brasil, opciones que acompañan la textura rica y suave de este vino que hoy nos acompaña.
Las propiedades organolépticas del cerdo, es conveniente hacerlo en base a su color, textura y jugosidad.
Color: uniforme, rojizo a rosado; pudiendo ser rojo intenso y también pardo.
Textura: varía en función de la cantidad de grasa, tejido conectivo, fibras musculares y tamaño de la pieza utilizada como porción.
Jugosidad: corresponde a la cantidad de “jugos” liberados al masticar el trozo cocinado. Debe ser observada la retención de agua de la carne, ya que suele ser húmeda y de consistencia “firme”.
La diversidad de productos que nos ofrece el cerdo presenta unas características, composición y estructura que las hace idóneas para una determinada preparación gastronómica.
Ofrece posibilidades ilimitadas a la hora de cocinarlo. Es capaz de satisfacer las necesidades de todo tipo de consumidores y adaptarse a sus gustos.
Y, por último, la variedad de productos y las diferentes maneras de cocinarlos y servirlos permiten un consumo adecuado para cada ocasión.
Es estupendo tratar que un maridaje, sea el pasaporte a una aventura única, incomparable, y luego de su consumo, los guardemos en nuestra mente, como recuerdo de vida.
Recopilación bibliográfica a cargo de Un Mundo De Alimentos (Allasia, M. C. y Allasia,H.). www.unmundodealimentos.com.ar