[Opinión] Seis meses de Milei como presidente: ¿Ingenuidad o mala praxis?

“Dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana, aunque no estoy seguro del universo” (Albert Einstein)

Escribe: Cristina Pablos

A Milei se le está viniendo la noche y con él a todos los argentinos. China no solo no le renueva el Swap al Banco Central, sino que le pide su devolución en cuotas. El BIS (Banco de Basilea) tampoco presta más dinero a la Argentina.

Andar despotricando contra el comunismo y el régimen chino, como así también amenazar con el cierre del Banco Central tiene sus costos. ¿Quién le va a prestar a una entidad que amenaza con desaparecer? No se puede ser tan ingenuo.

Ahora hasta al FMI le interesan los pobres. Reaparecieron Belliboni y sus piqueteros gracias a la mala praxis del gobierno en el tema de los alimentos almacenados por el Ministerio de Capital Humano.

La macro, por ósmosis, no arregla toda la economía. Hace falta muñeca política de la que el presidente carece

La macro, por ósmosis, no arregla toda la economía. Hace falta muñeca política de la que el presidente carece. Menos mal que lo tiene al bombero Francos quien pone paños fríos, aunque no creo sea suficiente.

Tema sensible es el de los jubilados: 26 millones de dólares perdieron en los últimos 6 años con la inflación. Hay que hacer alguna diferencia entre los 4 millones que jubilaron los K, sin aportes y los que aportaron toda su vida.

El aumento a los jubilados, que Milei ha dicho que vetará (“Voy a vetar todo y me importa un carajo”) como lo hicieran oportunamente Néstor Kirchner y CFK, implica 0,45 puntos del PBI.

El presidente sabe que pagará costos como también los paga con su falta de diplomacia, sus insultos y sus amenazas. Está bien, como dicen los de su gabinete, con su (mal) carácter lo votó el 56% de los argentinos, pero una cosa es estar en campaña y otra gobernando.

Para gobernar un país hay que tener templanza, masticar la bronca, no agredir, ceder, consensuar, cuidar los modales y el vocabulario, ser más cauto.

Milei debe domar al león que tiene adentro y ser un poco más político.

La paciencia de la gente también tiene un límite.

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