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[Historias] Born, el secuestro más caro de la historia: 9 meses de encierro y U$S 60 millones de rescate
Escribe: JULIO A. BENÍTEZ – benitezjulioalberto@gmail.com
El secuestro de los hermanos Juan Born, de 39 años, y Jorge Born, de 40, herederos de la empresa Bunge y Born, el principal grupo económico de Argentina en aquellos años, fue planificado durante 3 meses y ejecutado en menos de 2 minutos por la guerrilla peronista montoneros, el 19 de setiembre de 1974.
Hace 50 años, cobraron 60 millones de dólares, una cifra descomunal, considerada al valor de hoy de dicha moneda, que no ha sido superada y sigue siendo el número uno en la lista de los rescates de la historia.
Además, obligaron a repartir, en los propios camiones de la empresa, mercaderías y comestibles de su fabricación en los barrios pobres, por otros 3 o 4 millones más.
Al testimonio exclusivo, durante más de seis meses que Jorge Born, ya a sus 80 años, brindó a la autora del libro “El secuestro de los Born”, María O’Donnell, se conoce cómo realizaron dicho secuestro.
La operación
Los empresarios hacían siempre el mismo recorrido, en su Ford Falcon gris, con guardias personales en su auto y en otro vehículo y al llegar a la misma esquina, siempre sin semáforo, en ese momento con semáforo, que detuvo el tránsito totalmente, con dos secuaces vestidos de policía, que dirigían demás movimientos del lugar.
Y, ya, el “desconocido” semáforo en verde, los falsos policías hicieron doblar hacia la izquierda a todos, por calle San Lorenzo, con los Born y demás acompañantes, extrañados, pero sin dar mayor importancia. Los secuestradores llamaron Operación Mellizas a este episodio de la historia.
A la cuadra, una pick up Ford se arrimó, encerró al Falcon contra la vereda y una ráfaga de ametralladora rompió el parabrisas, asesinando al chofer Juan Carlos Pérez y al Gerente General de Molinos Río de la Plata, Alberto Bosch. Los Born, con este gerente en el asiento trasero, tuvieron rápida decisión y se tiraron al piso.
En segundos los hermanos Born ya estaban en otro vehículo, cabeza tapada y llevados al sótano de una “cárcel del pueblo”, en calle Libertad Nº 244, de Acassuso, así denominada por los guerrilleros.
El poco público que vio todo o casi todo no tuvo tiempo de hacer nada, muy asustados por lo que terminaba de pasar. Se calcula que, en todo el proceso de verificación de horarios y recorridos y movimientos de los Born, intervinieron unas 50 personas y en el momento del secuestro unas 20.
Aparentemente, esta decisión de retornar a la clandestinidad fue tomada con Perón en vida, por la necesidad de financiar su futuro accionar clandestino.
Comenta la escritora del libro que Jorge Born quería que se conociera este tema, con el apoyo de algunos familiares y el inconformismo de otros.
El rescate
Al principio pedían 100 millones de dólares, cifra que su padre negaba sistemáticamente a pagar. Secuestrados hacía 6 meses, Juan fue dejado en libertad, ante el desgaste sicológico que sufría, pero Jorge aguantó 9 meses de cautiverio.
A lo largo del libro, quedan claros los papeles que desarrollaron cada uno de los actores vinculados a esta operación. El “Negro” Roberto Quieto –desaparecido en 1975 y juzgado como traidor por los mismos Montoneros- fue el encargado de comandar el secuestro, concretado muy cerca de la quinta presidencial de Olivos. Rodolfo Walsh también participó, aportando datos necesarios desde su lugar en la estructura de la inteligencia de los guerrilleros.
La figura de Mario Firmenich, número uno de la organización, también tuvo una fuerte presencia en esta historia y es el único caso por el que recibió la condena judicial tras el retorno de la democracia.
Sin embargo, fue liberado por Carlos Menem, quien recibió dinero de ellos para su campaña electoral por la presidencia.
Los dólares obtenidos por el secuestro se enviaron como correspondencia diplomática, una parte a Cuba y el resto a Suiza, lugares desde donde no se sabe exactamente cómo y quién manejó semejante fortuna.